Dicen que lo que se hereda no se roba y no hay dudas de que Sasha Meneghel tiene el mismo carisma que su mamá, Xuxa. Porque a medida de que pasan los años, la hija que la famosa conductora infantil tuvo con Luciano Szafir se perfila como una joven que promete en diferentes campos.
A los 21 años, la chica tiene una vida fascinante repleta de emociones, que reparte entre Río de Janeiro, donde vive su mamá, y Nueva York, donde estudia diseño en Parsons The New School of Design.
Cada vez más consolidada como influencer en las redes sociales (su número de seguidores en Instagram supera los 7 millones), la heredera de la "reina de los bajitos" se destaca como una de las modelos top de Brasil, brillando en las pasarelas del mundo.
Ella es la preferida de varias marcas que la eligen no solo por su indudable belleza, frescura y simpatía. Es que Sasha es más que una cara bonita: tiene conciencia social y la lleva a la práctica poniendo el cuerpo, al igual que su progenitora.
¿Cómo? En enero de 2020, la joven viajó nuevamente con su madre a Angola de la mano de la ONG Baluarte a prestar ayuda y lllevarles su sonrisa a los niños de ese rincón de África que viven en duras condiciones.
"Oh, Angola, vos me marcaste", expresó la joven en agosto de 2019, luego de lo que fue su primera experiencia de trabajo social en el extranjero.
Además, Sasha tiene la suerte de vivir parte del año en el país que tiene las playas más lindas del planeta. Así que, cada vez que puede, se hace una escapada al paraíso con amigas.
"Con mamá nos extrañamos mucho, aunque nos mensajeamos todos los días. Ella siempre va a ser mi referente, pero quiero que me reconozcan por quien soy", aseguró Sasha tiempo atrás.
Decida a hacerse un nombre propio, la joven apuesta a destacarse en lo suyo, mientras continúa con su formación en la Gran Manzana, donde también se mueve con soltura, como buena ciudadana del mundo y fiel heredera de su mamá.