Es un día difícil para el periodismo argentino. El martes por la noche se conoció la muerte de Marcelo Zlotogwiazda, quien tenía 61 años y llevaba un año luchando en silencio contra un cáncer de colon. Este miércoles por la mañana, su gran amigo Ernesto Tenembaum lo despidió en el comienzo de su ciclo Y ahora quién podrá ayudarnos, de Radio Con Vos.
“Este va a ser un programa complicado y nos vamos a ir armando de a poquito. Si yo me quiebro en algún momento ustedes aplaudan o hagan ruido, alguna pavada para ver si yo me recompongo”, dijo, intentando descomprimir la situación.
“Para nosotros es como si no hubiera otra noticia, a veces es tan fuerte una noticia que opaca las demás. La muerte de Zloto, a todos nosotros y en especial a mí, hace que todo lo demás esté en sepia”, dijo Tenembaum.
"Este va a ser un programa complicado y nos vamos a ir armando de a poquito. Si yo me quiebro en algún momento ustedes aplaudan o hagan ruido, alguna pavada para ver si yo me recompongo".
“Lo primero que voy hacer es contar cómo fueron los últimos 20 días de Marcelo, que muestran que era una persona tenaz, comprometida, tan terco en lo que decidía, tan empacado que era impactante. Tenía una convicción y no lo movías. Marcelo tenía un cáncer de colon que después se le expandió por el resto del cuerpo durante el último año”, relató.
“Él venía peleando, peleando bien y venía ganando. Había logrado un buen disfrute de la vida a punto tal que, le gustaba mucho correr, y tuvo una última carrera de 21 km el 1° de septiembre. Es decir que hace un mes Zloto corrió veintiún kilómetros, hay una foto hermosa en la que está llegando a la meta y dándole un beso a Estela. Esa convicción lo acompañó durante toda su vida y déjenme contarles cómo siguió”, agregó Tenembaum.
“Hace 20 días, el último lunes de septiembre, tuvo una clara desmejoría y lo internaron con muchísimo dolor. Desde ese momento, le empezaron a dar parches de morfina. Fue difícil, cuatro o cinco días hasta que lo externaron. Fui a su casa, hablamos de fútbol y pavadas, y yo le pregunté cuándo se ilusionaba con que se iba a reincorporar al laburo y me dijo que el lunes, mirándome como si le hubiese hecho una pregunta marciana”, continuó.
"Los últimos 20 días de Marcelo muestran que era una persona tenaz, comprometida, tan terco en lo que decidía, tan empacado que era impactante. Tenía una convicción y no lo movías".
“Ese día no vino acá porque tuvo una consulta médica, pero a la noche fue a C5N. Yo que no participo de ese proyecto fui a comer una pizza con él antes del programa, con Emmanuel Álvarez Agis, que era su amigo, y Claudio Martínez (su productor histórico). Yo no lo miraba en tele hace rato, ese día puse para ver que no se cayera y se lo veía coherente y úcido, aunque empecé a ver en las redes comentarios con preguntas sobre qué le pasaba a Zloto”, contó el periodista.
“A partir de ahí, el martes, miércoles y jueves condujo acá. Las tres horas. Y se lo escuchaba bien, coherente y energético. El sábado hizo un cumpleaños que tuvo mucha intensidad porque en los que estuvimos ahí sobrevolaba que era una despedida, pero fue lleno de amor”, indicó.
“El lunes 1° de octubre vuelve acá, toda la semana conduce, condujo en C5N. La semana siguiente también condujo todos los días hasta el jueves –ese fue su último programa antes de morir, hizo las tres horas de punta a punta- porque se fue en avión a Comodoro Rivadavia a dar una charla, se fue con toda la panza inflada y dolores. Él decía que iba a poder, era un maratonista”, narró Tenembaum.
"Hace 20 días, tuvo una clara desmejoría y lo internaron con muchísimo dolor. Le empezaron a dar morfina. Fue difícil, 4 o 5 días hasta que lo externaron. Fui a su casa, hablamos de pavadas, y le pregunté cuándo se iba a reincorporar al laburo y me dijo que el lunes, mirándome como si le hubiese hecho una pregunta marciana".
“Me dijo que fue difícil antes y difícil después, pero se bancó un recorrido por una fábrica abandonada y la charla que dio. Estela, su mujer, me dijo que estuvo inteligente, atractivo y coherente. El lunes lo vi por última vez cuando estuve entre las 7.30 y 8.45 en su casa. Estaba cansado y después no se levantó más”, contó con dolor sobre la muerte de su amigo y compañero de redacciones.
“Habló del debate presidencial, me dijo que le gustó mi nota sentado en una silla sin casi poder moverse. Que Del Caño estuvo mal y que Macri ‘era un hombre que no se dejó querer’. Después me habló sobre si lo que vio en la industria de Comodoro Rivadavia era ensamblado o genuinamente industria nacional. Y después de los mensajes que fue recibiendo: lo llamaron Juan Grabois y Esteban Bullrich para decirle que iban a rezar por él. Y se conmovía mucho con esa historia que a los ateos nos gusta mucho que los creyentes recen por nosotros”, reveló el conductor.
“Van a haber muchos retratos de Marcelo, pero me parece que lo más justo es contar cómo se definía a sí mismo, y él la hizo cuando se presentó acá en Radio con Vos en septiembre del año pasado, pocos días antes de que descubra que tenía cáncer”, indicó el periodista antes de pasar un audio de Zloto en el primer programa de El horno está para bollos, en el que hablaba de sus gustos, preferencias y personalidad.
"El lunes lo vi por última vez cuando estuve entre las 7.30 y 8.45 en su casa. Estaba cansado y después no se levantó más. Habló del debate presidencial y de los mensajes que fue recibiendo: lo llamaron Juan Grabois y Esteban Bullrich para decirle que iban a rezar por él. Y se conmovía mucho con esa historia que a los ateos nos gusta mucho que los creyentes recen por nosotros".
“Ahí estaba Marcelo como si estuviese vivo, que lo estaba hasta hace un ratito”, reflexionó Tenembaum tras escucharlo, para luego emitir el audio de Gustavo Sylvestre quebrándose al aire en C5N al comunicar la noticia de su muerte, y luego a la palabra de Alejandro Bercovich, quien afirmó que la muerte de Zloto es una gran pérdida para el periodismo argentino.
“Hay una parte de Marcelo que quizás la gente no conoce: cuando empezó la democracia hubo muchas cosas nuevas, y Marcelo inauguró algo nuevo en el periodismo, porque hasta ese momento el periodismo económico eran solo números. Pero él decía que hay personas que hacen cosas, empresarios que fugan capitales y no pagan impuestos, por ejemplo. Entonces empezó a hacer un periodismo que le ponía cara, cuerpo y nombres a cosas en donde no se hacía”, aseguró.
“Se metía con las grandes empresas. En los 80’ hubo uno que empezó, pero él ni lo registraba eso. Le importaba un pito porque ya estaba pensando en la nota del día siguiente. Cuando yo se lo recordaba, hasta se olvidaba y me decía ‘¿habrá sido así o estás armando un mito?’, explicó Ernesto. “Tenía una admiración de él antes de hacerme amigo y que no se me fue ni un segundo hasta el día de su muerte”, se despidió.