Una nueva y escandalosa denuncia de acoso sexual salpicó a Roberto Pettinato, cuando Emilia Claudeville (28) se confesó en el programa radial de Julia Mengolini. En confianza con su amiga, la modelo relató el cambio que sufrió con la salida de Daniel Tognetti y el regreso de Petti a Duro de Domar: “El cuarto año y mi último año en Duro de Domar llegó Pettinato, y viví una pesadilla. La relación con él empezó de una manera y terminó de otra. La primera fue decir ‘¿por qué me odia tanto si no me conoce? ¿Por qué me quiere hacer la vida imposible acá adentro?’ A las semanas me di cuenta de que me odiaba porque era mujer, porque era con todas las panelistas y con todas las mujeres de la producción. El maltrato era igual”.
“Después la cosa se puso más pesada, estuve todo un año encerrándome con llave en el camarín. Tenía mi camarín frente al de él, hasta que empecé a llegar lista (para salir al aire desde mi casa)”, continuó. Consternada, Claudeville afirmó: “Quiero decirlo con palabras claras. Yo sufrí acoso por parte de Pettinato, también sufrí violencia por parte de Roberto Pettinato. Sentí que su forma era así, que todos lo sabían y todos lo veían. Se naturalizó tanto su postura, esa especie de personaje que después entendí que era mucho más grave, porque esa manera burda, grotesca, exagerada que tenía de hacerlo frente a todos, construye una burbuja que lo hace parecer poco serio, cuando en realidad es muy en serio lo que hace. Porque mientras él lo hacía a modo de chiste delante de gente, a mí me tocaba, me chupa el cuello y me hacía mierda la dignidad y me humillaba”.
"Yo decía, ¿por qué me tengo que ir si sólo quiero hacer bien mi trabajo? Y que no me hinchen. Porque sino, viene otra víctima a la que le va a pasar lo mismo. Pero es simple. El machismo es capitalismo, el que daba plata ahí era él, no era yo. Eso lo entendí”.
“Me di cuenta que esa manera de hacer de él, de no ocultarlo, era mucho más peligrosa. Yo estaba microfoneada y se escuchaba todo lo que él decía. Inclusive, amenazas antes de empezar el programa, donde apoyaba las dos manos en el panel y me decía que no iba a parar hasta que llore en vivo”.
En ese punto, Mengolini le preguntó por qué se ponía así con ella, y la expanelista explicó: “Lo enojaba que le haya dicho que me daba asco. Señor, usted me da asco, le dije. Tratándolo de usted a propósito. Marcando la distancia y la diferencia de edad. Y la cosa se puso peor. Si bien la violencia la ejercía delante de muchos, lo tomé como algo muy íntimo y decidí que mi manera de dar batalla era resistiendo, quedándome. Estuve por renunciar un montón de veces. Mis quejas a la producción para con él existieron. En privado y en público, y la respuesta era que si no quería estar ahí, había un montón de chicas dispuestas a ocupar mi lugar. Yo decía, ¿por qué me tengo que ir si sólo quiero hacer bien mi trabajo? Y que no me hinchen. Porque sino, viene otra víctima a la que le va a pasar lo mismo. Pero es simple. El machismo es capitalismo, el que daba plata ahí era él, no era yo. Eso lo entendí”.
“Han pasado dos años de eso y me doy cuenta que debería haberme ido con una denuncia, pero en ese momento, no sentí esa posibilidad. Porque sentí que él iba a ganar si me iba. Entonces, no lloraba en vivo, pero me iba del canal llorando todos los días, o me encerraba con llave en el camarín y lloraba. Pensé que la batalla la había ganado yo, pero no. La ganó Roberto Pettinato porque terminé el programa con 26 años y hecha mierda. La verdadera razón por la cual hace dos años que no acepto un trabajo en televisión es porque ese último año con Pettinato viví una pesadilla. No sólo por él, sino por la respuesta que recibía ante mis denuncias y la complicidad del resto”, sentenció Emilia Claudeville.