Se define como una persona libre y así se la percibe. Sin ataduras y siguiendo su propia voz, Emilia Attias construyó su carrera y la familia que siempre anheló junto al Turco Naim y su pequeña hija Gina siendo fiel a sí misma. ¿La clave? “Siempre fui responsable con lo que siento”, asegura la actriz a Ciudad. Y no es una frase dicha al pasar.
Su espíritu aventurero la llevó a ponerse al frente de una nueva apuesta: la conducción de Resto del Mundo, el exitoso ciclo de viajes que se emite los sábados a la medianoche por eltrece. Y el proyecto conlleva un desafío extra ya que la actriz puso como condición lógica que su hija de dos años y medio la acompañe mientras recorren los lugares más bellos y excéntricos del mundo. “No me imaginaba sin ella”, confiesa y abre una charla íntima sobre el trabajo, el amor, la fama, el feminismo y la maternidad, un rol que asegura que la cambió para siempre.
- ¿Cómo tomás el desafío de conducir un ciclo tan consolidado como Resto del Mundo?
- Es un proyectazo, estoy muy contenta, disfruto mucho de hacerlo. Es algo nuevo y un desafío conducir, ir llevando el programa, entender la cultura de los lugares a los que voy. Es súper enriquecedor, algo muy lindo para ponerle el cuerpo.
"A veces el Turco se suma a los viajes de Resto del Mundo, dependiendo de sus compromisos, y otras viajo con la niñera de Gina. En lo posible, tratamos de que él nos acompañe"
- ¿Cómo fue volver a la conducción después de tantos años?
- No había hecho mucho, tenía poca experiencia. Pero me relajo, me gusta conducir y como me gusta el ciclo, me ayuda hacerlo. Es un espacio muy cómodo el tema de viajar y transmitir para los demás lo que yo estoy viviendo a través de mis sentidos. Disfruto lo que estoy viviendo.
- ¿Sos una persona a la que le gusta viajar o sos de esas que a la semana ya quieren volver a su casa?
- Soy viajera desde siempre. Es más, creo que vuelvo triste de los viajes (risas). Me encanta. Soy un tipo de viajera como se ve en el programa, me gusta meterme en la cultura de los lugares a los que voy y ya de antemano aprender sobre los destinos. Antes de subirme al avión me meto en todos los blogs para saber qué hacer y no voy por lo típico: me gusta el lado B de las ciudades. La visita obligada la podés hacer en dos días, después está bueno meterse en la cultura y ser más local.
- ¿Cómo es viajar con Gina, de dos años y medio?
- ¡Todo un desafío! Juro por mi vida que eso es un desafío mayor que conducir (risas). Me estoy convirtiendo de a poco en una experta en entretenimiento a bordo para los menores. Antes del programa, ya viajábamos un montón y la primera vez que la subí a un avión tenía tres meses. Viajábamos cada cuatro meses y hemos estado muchas veces viajando un mes y medio… O sea que ya había estado tiempo fuera de su casa y viajando muy seguido. La verdad es que ella es súper aventurera. No sé si ella es así, la hicimos así o es un mix de las dos, pero tuvo un muy buen resultado para nuestras vidas porque se re adapta. Mientras estemos nosotros, para ella está todo bien. El tema de todos los niños es el avión porque siempre son vuelos largos; yo tengo una maletita armada con distintas cosas para entretenerla, sus snacks y tratamos de que le sea llevadero el viaje.
"Yo tenía más programado lo que quería hacer como mamá y la verdad es que la maternidad es un cachetazo en la cara, es inmanejable. Pensaste todo pero vas descubriendo ser mamá día a día"
- ¿Cómo es la dinámica familiar con el Turco Naim cuando viajan por el programa?
- A veces se suma a los viajes, dependiendo de sus compromisos, y otras viajo con la niñera de Gina. En lo posible, tratamos de que nos acompañe porque está bueno al ser tantos viajes. Sobre todo para Gina porque me parece que la puede conflictuar estar en otro lado y no ver al padre. La cuido mucho de que no le pasen esas cosas.
- ¿Cómo la definís a Gina?
- Gigi es súper curiosa, activa, tiene una energía inagotable, es alegre, aventurera, pícara, traviesa, súper inteligente, crece y se adapta a las cosas muy rápido. Es muy precoz en muchas cosas, es muy autónoma. Tiene muy buen carácter, es buena, es gama, compañera. Está en los terribles dos así que tiene berrinches y la trato de acompañar en su momento de crecimiento. Ya le conozco los puntos débiles: no tiene paciencia obviamente, tiene mucho carácter, se impone mucho, es muy difícil conducirla porque se cruza rápido. Es muy libre.
- ¿Como sus papás?
- ¡Peor! ¡Es peor que los dos! Es tremenda. La queremos así, la amamos y es la hija perfecta para nosotros dos, que no nos cansa nada. Somos muy activos y es perfecta para nuestra sinergia familiar. Le dio mucha alegría a la casa.
- Alguna vez contaste que tenías un plan de maternidad que después del parto ser rompió...
- Obvio. El embarazo son nueve meses de una ansiedad tremenda y a la vez te preparás en un montón de cosas. Yo tenía más programado lo que quería hacer, tenía una postura para cada tema de la vida, la maternidad, mi hija y la rutina familiar que quería imponer. La verdad es que la maternidad es un cachetazo en la cara, es inmanejable. Pensaste todo pero vas descubriendo ser mamá día a día. Además, te adaptás a conocer a una hija que tiene un carácter específico y te marca ciertas normas propias, que yo no quiero agobiar porque soy una mamá que profesa mucho la libertad. No me gusta moldearla tanto sino ponerle los límites necesarios para que crezca sana, pero dejarla ser bastante. En base a eso, me adapté un montón a ella en su energía y su carácter. Y bueno hay cosas de la maternidad que fui manejando como pude y que fueron cambiando un montón a lo que pensaba que iban a ser.
- ¿La relación de pareja con el Turco cambió mucho con la llegada de Gina? Ustedes estuvieron 12 años juntos antes de ser papás, imagino que tenían una rutina armada...
- O una no rutina (risas). Eso está bueno. A mí me gustó poder tener con mi pareja tanto tiempo de novios, hacer cualquier cosa, disfrutarnos mucho como pareja, viajar, salir un montón, hacer programas y tener mucha vida de novios. Fue re lindo. Y en un momento fue necesario pasar a otra etapa y nuestra hija vino en el momento perfecto.
- ¿Y cómo es esta nueva etapa en la pareja?
- Por suerte, los dos disfrutamos esto de ser padres de la misma manera, en cuanto al mismo entusiasmo, a lo embobados que estamos con ella y lo que nos gusta su universo. Somos dos papás muy presentes y debo decir que muy babosos. Tenemos mucha complicidad en disfrutar del crecimiento de nuestra hija de esta manera. Obviamente, se modificó el punto de conexión un poco pero, bueno, porque hay una integrante más; ya no somos más dos. Pero disfrutamos muchísimo de criarla, es una aventura que nos da mucha complicidad y nos unió mucho. Nos reencontramos desde otro lugar y a veces nos reímos de las cosas que vivimos que antes no pasaban. Es fácil entre nosotros. Para él conmigo es fácil y para mí con él es bastante fácil.
- ¿Son muy compañeros en la crianza?
- Hay una pedisposición de comprometerse con el mismo grado de intensidad. Él es un hombre muy actualizado con los movimientos feministas. Es muy jovial, tiene una mente muy fresca y más allá de que es un papá comprometido también es un compañero comprometido en esto de poder hacer las cosas de a dos en la crianza.
- ¿En su momento sentías la presión de ser mamá después de estar tantos años en pareja?
- ¡Las veces que los periodistas me han preguntado cuándo iba a ser mamá o si estaba embarazada! La verdad es que me lo han dicho un montón de veces y nunca me comí ninguna presión. No sigo esas presiones, siempre fui muy poco clásica con mis elecciones en general y a la vez responsable conmigo misma, de seguir mi propia voz en todo lo que quiero. Y fui mamá cuando quise. A los 29 años… está bien. Y el Turco a los 50. Fue cuando tenía que ser.
- Recién mencionabas que el Turco está involucrado en el movimiento feminista, ¿es algo que le quieren inculcar a Gina?
-Es un hombre poco rígido, es muy abierto a entender que la mujer siempre tuvo los mismos deseos y ahora los está expresando en forma de movimiento. Me parece que la mejor conducta que puede tener un hombre frente a esto es escuchar, dar lugar y ver, y no hacer fuerza en contra. Naturalmente, yo vengo de una familia de mujeres fuertes. Y en la familia de Naim también las mujeres son muy fuertes; siempre han hecho su vida, han tomado decisiones que querían a pesar de los gustos de los demás y han llevado su vida con mucho coraje, valentía y lucha. Entonces, hay una naturalidad en el espacio donde crece Gina: ella es muy alegre porque mi casa es muy alegre; no hay conflictos importantes. Entonces es muy feliz todo lo que está mamando. Ella está construyendo su inconsciente en estos primeros tres años y todo lo que tiene es feliz. Eso me da una felicidad, valga la redundancia, importantísima.
“No me gusta sobreexponer a mi hija, eso no va a suceder nunca” ¿Ve mal que Marley muestre a Mirko? “No, la paternidad es algo muy personal, cada uno tiene su mundo”
- ¿Y cómo manejás que Gina aparezca frente a cámaras en Resto del Mundo?
- Al principio cuando nació, no quería saber nada con que ella se expusiera porque al ser pública no sabía si quería que mi cosita más preciada estuviera expuesta a las opiniones y miradas de todos. Después, fui entendiendo que es parte mía y es muy difícil que no salga en algún momento.
- ¿Empezaste a relajarte con el tema?
- Sí, me empecé a relajar más y como buena madre babosa a veces la muestro por algo. Pero no soy una mamá que me gusta sobreexponerla, eso definitivamente no va a suceder nunca en la vida de Gina. Nunca. Pero es parte mía y es lógico que a veces se exponga porque yo estoy bastante expuesta. A veces comparan el programa con el de Marley y Mirko y en realidad el programa de ellos está asentado como un ciclo de viaje de papá e hijo, y está buenísimo. Yo no me animo mucho a exponerla tanto y que sea 24 horas de Gina y mamá. Pero sí como tiene que venir conmigo, es natural que a veces salga porque graban algo y está atrás mío. No me molesta que la filmen dos minutos. Ella es tan graciosa, tan payasa y linda que es muy difícil no tentarte de filmarla. Lo entiendo. Sí lejos de la sobreexposición. De hecho, lo voy manejando. Es un momento por programa, si puede no estar en un programa también pero sino un momento. No quiero más de eso.
- ¿Ves mal que Marley muestre tanto a Mirko?
- No, la paternidad es algo muy personal. Cada uno tiene sus valores con cómo cría a sus hijos. Yo no soy juiciosa con esas cosas. Cada uno tiene su mundo y entiende por qué. En mi caso, decido que sea hasta ahí… Pero quiero que sea natural, tampoco la voy a estar escondiendo por todos lados. Es un reconocimiento que le doy.
Video y edición: Leandro Bevilacqua.