El matrimonio entre Demi Moore (55) y Bruce Willis (63) terminó en divorcio hace 18 años. Duró entre 1987 y 2000, tiempo en el cual se convirtieron en padres de Rumer (29), Scout (26) y Talulah (24). De todas formas, la pareja que conformaron las dos mega estrellas de Hollywood sigue dando que hablar, y fue la actriz quien a pura ironía contó los motivos de la resonante separación.
Convocada para tomar de punto a su exmarido en el programa Roast del canal Comedy Central, Moore fue la frutilla del postre luego de que los artistas y amigos como Edward Norton y Joseph Gordon-Levitt lo humillaran en pantalla. En ese marco de acidez consensuada, Demi se presentó con falsa modestia: "Para aquellos que no me conocen, soy Demi Moore. Estuve casa con Bruce durante las tres primeras películas de Duro de Matar. Lo que tiene sentido... porque las últimas dos apestaron".
Con el padre de sus hijas a las risas desde la platea, la diosa de Striptease continuó: "Veo nuestro matrimonio como El sexto sentido. Estuviste muerto todo el tiempo". Así, se refirió al divorcio: "La gente se pregunta por qué acabó nuestro matrimonio. Creo que es porque algunos celos comenzaron a florecer. Bruce nunca superó el hecho de que yo luciera mejor la calvicie (N del R: en referencia a a su look rapado, en 1997, para su personaje teniente O'Neil en Hasta el límite) mejor que él”.
Es más, Demi contó una graciosa anécdota familiar: “Bruce es súper generoso. Cuando nuestra hija Rumer era un bebé y era su turno de cambiarle el pañal durante la noche, él se acercaba y me susurraba 'te doy 100.000 dólares si le cambiás el pañal'. Y Scout me pidió que no dijera nada, pero la semana pasada él le ofreció 100.000 dólares a ella para que le cambiara, a él, su pañal. Hay cosas que no cambian".
"Después de nuestro divorcio, Bruce dijo que consideraba el final de nuestro matrimonio como su mayor fracaso. Pero que no sea tan duro consigo mismo, ha tenido fracasos mucho más grandes... Me refiero a (el restaurante) Planet Hollywood, (la película) El gran halcón (1991), Zona de impacto (1993), haber hecho campaña en 1988 por el demóctrata Michael Dukakis, o haber rechazado el papel de George Clooney en La gran estafa para enfocarse en tocar la armónica".
Al final, Bruce Willis se deshizo a carcajadas al punto de confesar que pensó que se había "desencajado la mandíbula" y se rindió ante los palitos con onda de Demi Moore.