La muerte de un hijo es una pérdida inimaginable, inentendible e inexplicable. Pero en una extensa nota con Página 12, Marcos Milinkovic (45) intentó ponerle palabras al profundo dolor que lo atraviesa tras el fallecimiento de su hijo Luka.
El adolescente de 13 años murió ahogado en una playa de Croacia -donde vivía con su mamá y su hermana Dunja (9)- en julio de 2017. Por primera vez, el exlíder de la Selección Argentina de vóley habló a corazón abierto sobre la pérdida.
“Ahora estoy más tranquilo, muy dolido por dentro todavía, pero de a poquito estoy encontrando cosas para tratar de salir. De a ratos, porque me cuesta estar todo el día lúcido, con la cabeza metida dentro de lo que tengo que hacer, pero hay un tramo largo del día en el que puedo hacer ciertas cosas. A la mañana y a la noche me pierdo muchísimo y me cuesta hacer todo”, aseguró.
"Me costaba muchísimo ir a las fiestas del jardín de mi hijo menor, porque me recordaba todo el tiempo. A las pocas que pude ir duré diez minutos y me fui porque me largaba a llorar. Todavía no puedo salir".
Tras conocerse la noticia, Marcos aseguró sentirse vacío y en la entrevista explicó a qué se refería: “Estar vacío es no encontrarle sentido a nada (…) Uno cuando tiene hijos, no te digo que vive para ellos, pero en gran parte sí. Y cuando te pasan estas cosas decís: '¿Cuál es el verdadero sentido de la vida?'. Uno tiene lo más hermoso que te puede pasar en la vida y se te va. ¿Cuál es el sentido de criarlo, darle todo, verlo crecer… si en el mejor período de su vida se va? Porque estaba empezando a ser un hombrecito, era el momento de empezar a verlo hacer su camino y solo decirle: ‘derecha o izquierda’, para encaminarlo”.
Sobre cómo hace para no transmitirle su tristeza a sus hijos Juan Bautista (3) y Dunja, contó: “Al principio fue muy difícil. Sobre todo con el nene, porque se me venían un montón de recuerdos. Me costaba muchísimo ir a las fiestas del jardín, porque me recordaba todo el tiempo. A las pocas que pude ir duré diez minutos y me fui porque me largaba a llorar. Todavía no puedo salir. Disfruto muchas cosas pero no las siento. Internamente no me siento feliz como me sentía antes. Disfruto, me río, estoy todo el día jugando con el nene acá y con la nena cuando voy a Europa, estoy todo el día con ella, nos disfrutamos, pero la sensación de alegría interna es totalmente diferente”.
"El gran desgaste que tengo hoy es sentirme fuerte o querer que mi ex mujer vea que estoy fuerte para ayudarla a ella. Eso me desgasta mucho"
Por último, reveló el gran lazo que tiene con su exmujer Elena, madre de Luka y Dunka, con quien se ayudan para salir adelante: “El gran desgaste que tengo hoy es sentirme fuerte o querer que mi ex mujer vea que estoy fuerte para ayudarla a ella. Eso me desgasta mucho. El ‘vamos, vamos’ o el ‘fuerza’ y escucharla llorar y que no se dé cuenta que yo también estoy llorando. Le cambio de tema para que piense en nuestra hija. Pero cuando corto me desenchufan. Y me quedo solo y sin energía de nada. Pero lo tengo que hacer y lo quiero hacer. Es fuerza para ella que es la que está con mi hija las 24 horas y sé que necesita estar sólida para esta tarea”.