Este domingo 3 de octubre a las 21.30 Christophe Krywonis regresa a la TV con Parrileros, su nuevo ciclo en Space (con repeticiones por TNT Series y TBS). En este nuevo programa, el exjurado Bake Off acepta el desafío de salir de su zona de confort y se embarca en un viaje por todo el país en busca de los mejores asadores.
Ciudad pudo ver el primero de los doce episodios de este apasionante reality, que presenta un formato innovador respecto a los anteriores trabajos de Christophe, que deja la comodidad de los estudios de TV por los mejores paisajes de la Argentina.
A lo largo de localidades como Mercedes, Neuquén, Necochea, y Villegas, el chef oficia de juez entre dos de los mejores parrilleros de la zona para luego convertirse él mismo en un participante, al enfrentar al ganador.
En diálogo con Ciudad, Christophe contó qué fue lo que lo llevó a dejar su rol de jurado para encarar este nuevo proyecto en el que sintió verdaderamente “en casa” gracias a la generosidad y el entusiasmo de los participantes.
-¿Qué te atrajo del formato? ¿Qué le encontraste diferente con otras del mismo estilo?
- Cuando decidí irme de los medios masivos en busca de otra cosa, no sabía bien qué propuesta iba a encarar. Pero al estar encerrado en mi casa por la pandemia tantos meses, me nació la idea de cocinar a mi manera, no como si estuviera en un show. Y de estar cocinando y hablando directamente con la gente, nació una relación muy especial y muy agradable donde me sentí muy cómodo y a gusto, y de ahí nació la idea de cocinar a la par de la gente, sin ser jurado. Y cuando se presentó la oportunidad de hacer Parilleros me di cuenta de que era el programa que estaba buscando hacer. Así nació la idea y hoy, tras ver el primer programa me sentí muy contento.
"Pero al estar encerrado en mi casa por la pandemia tantos meses, me nació la idea de cocinar a mi manera, no como si estuviera en un show"
- ¿Qué desafío le presenta una pantalla como Space que es muy propia de películas y series?
- Es un desafío mayor porque el proyecto es nuevo y es la primera vez que se hace en la Argentina de esta manera. Y porque soy francés y me voy a poner a desafiar a argentinos a cocinar a las brasas. Pero el parrillero no es solo de asado, hay muchas cosas. Por eso, el desafío fue doble, y me sentí muy a gusto trabajando así, sabiendo que a veces puedo no ganar. Eso estuvo bueno porque me permitió vivir el momento más naturalmente, porque el Christophe exigente es real y existe pero el normal también. No es un tipo que se levanta a primera hora de la mañana con cara de ortiva. Tengo mis momentos y me gusta disfrutar de la vida, y además el programa va por Space que es un canal que veo desde que llegué a la Argentina, hace 32 años; y estar ahí me pone muy contento.
- Esta es la primera vez en mucho tiempo que tenés que llevar adelante un programa solo, ya sin compañeros jurados. Además, tenés que juzgar, cocinar y conducir. ¿Cómo lograste cumplir con este objetivo?
- Me gusta salir de mi zona de confort, me gusta cocinar y sobre todo con gente que me pueda enseñar cosas. No digo que todos me enseñaron algo, pero compartir el momento de cocina con gente es muy lindo, me encanta. No soy un profesor, pero me gusta enseñar lo que sé, entonces ese momento de comunión con los participantes fue muy lindo. Y los participantes me lo supieron reconocer, agradecer y hacer sentir que estábamos compartiendo realmente un buen momento.
- ¿Y aprendiste muchas cosas?
- Varias. Siempre se aprende algo, ¿no? Pero yo me sorprendí realmente a nivel humano. El otro día hicimos un programa en Necochea, con dos grandes personajes, cocineros que se enfrentaron a mí y me dí cuenta de que no solo está bueno el programa sino que conocí gente linda. Me acuerdo de Lucho, uno de los participantes del primer capítulo, es uno de los mejores asadores que conocí: su criolla fue de antología y sus mollejas impresionantes.
"Me dí cuenta de que no solo está bueno el programa sino que conocí gente linda"
- ¿Cuánto tiempo demorás en grabar un episodio?
- Unos dos días porque el primer día porque primer tenemos la intro, donde conocemos el espacio, tomamos imágenes, llegamos al lugar donde los participantes tienen que presentarse. Eso toma tiempo para hacerlo bien, y eso ya es una jornada. Y ya en el segundo día tenés una parte en la que cocinan ellos, después tenemos que hacer la comunicación de las marcas que auspician el programa, y luego de la primera prueba nos tomamos un descanso, porque somos humanos. Sobre todo los participantes, que juegan doble, una entre ellos y después contra mí, no es fácil. Además tenemos que hacer las voces en off en el mismo día, así que en total son un día y medio o dos.
- ¿Y cuál fue tu primera conexión con la parrilla, que parece en un primer momento algo tan argentino?
- Primero, yo tengo mucho respeto por las brasas, por la parrilla, y no busco ser mejor que un argentino. El programa no tiene connotaciones de francés versus argentinos, sino sobre la persona que aprende a hacer asado en la Argentina, y a la que le gusta hacer cosas que se hacen normalmente en una cocina tradicional. Después, puede haber gente que se sienta ofendida como una sola personas en mis redes, a la que puse en su lugar rápidamente, me cuestionó que usé carbón en lugar de leña y después por ser francés. Le dije que por la leña tenía toda la razón y por lo demás no. Nadie me encaró porque haga asado. Yo hago parrilla, y la parrilla es internacional. Yo amo la parrilla argentina, y me encanta también el asado uruguayo pero amo cocinar en Argentina.
- ¿Entonces querías pasar de jurado a participante?
- Es así. Es lo que quería, y me di cuenta al finalizar el primer programa, cuando le dije al productor ‘che, bol…, ¡puedo perder!’. Y la verdad es que lo he disfrutado y lo sigo disfrutando muchísimo porque, por más que no salga siempre bien, doy todo. En el capítulo que vimos, me he quemado de lo lindo porque quería que el plato salga bien, y por eso seguimos grabando como si nada. Pero, como dije, la gracia del programa es salir de la zona de confort, porque todos se imaginan que uno está cómodo en un canal tan prestigioso como es Telefe, y en realidad lo que yo quería era hacer cosas que me llevaran a espacio o momentos de desafíos y logros personales que demostraran que Christophe no es de un canal sino de un programa donde le gusta estar, y por eso estoy tan agradecido de estar en Parrilleros, que además de que me gusta tiene una gran calidad. Creo que ese formato, con o sin Christophe, puede dar mucho más.
"Lo que yo quería era hacer cosas que me llevaran a espacio o momentos de desafíos y logros personales que demostraran que Christophe no es de un canal sino de un programa donde le gusta estar"
- ¿Conociste muchos lugares nuevos?
- Sí, no había ido nunca a General Pico, por ejemplo, y por Villegas había pasado pero no conocía tanto. En primer capítulo conocí Mercedes, y me encantó. Yo he recorrido Argentina, en los más de treinta años que llevo aquí trabajando, de pe a pa, y nunca me deja de sorprender. ¡Es tan grande la Argentina!
- ¿Y qué es lo que te gustó más de la gente que conociste en esos lugares?
- La generosidad, la comunión a través de la cocina y, sin tener en cuenta el pequeño momento de estrés que se produce frente a las cámaras, la gente está muy contenta de cocinar, se divierte, y creo que eso se puede ver en el programa. La gente cocina igual de esta manera, y no importa si gana o pierde, porque cocinaron, cocinamos.
- Ya pasaste más de la mitad de tu vida en la Argentina, ¿te considerás un argentino más?
- Como inmigrante, creo que uno nace en un lugar pero elige donde queda su casa, y la mía está en Argentina.
- ¿Vas a abrir otro restaurante?
- Sí, mientras estamos haciendo esta entrevista, mi socio está negociando el alquiler del local. Y mejor que salga rápido porque pongo yo la plata (risas).