La serie de Carlos Monzón es, sin lugar a dudas, una de las producciones del año y seguramente le aguarda una extensa cosecha en la temporada de premiaciones. Los 13 capítulos de la biopic están basados en la vida del excampeón mundial argentino: desde su infancia en la más extrema pobreza en Santa Fe a los palacetes más exclusivos de Europa, de ser fotografiado por los paparrazi del Principado de Mónaco y París a ser retratado por la policía tras asesinar a Alicia Muniz (su apellido en realidad era con N), de tocar el techo de la gloria arriba de los rings a ser condenado a 11 años de cárcel por homicidio simple (la figura del femicidio fue incorporada al Código Penal a fines de 2012).
Carla Quevedo tuvo el enorme desafío de interpretar a Muniz en la serie emitida por Space, que dará una maratón de dos episodios diarios a la medianoche desde el martes 27 de agosto al domingo 1 de septiembre, de cara al gran final del 2 de septiembre. Instalada en Los Ángeles luego de su gran interpretación en El secreto de sus ojos, en Estados Unidos participó del filme How to be single y la serie de HBO Show me a hero, junto a Winona Ryder y Oscar Isaac. De vida itinerante, Quevedo regresó al país en 2013 para sumarse a Farsantes y, desde entonces, ha estado yendo y viniendo entre proyectos como la destacada miniserie Las 13 esposas de Wilson Fernández, El maestro con Julio Chávez y Rizhoma Hotel.
"Una de las cosas más interesantes que tiene la serie es que cuenta lo desamparada que estaba una mujer, como muchas siguen estando hoy en día".
Comprometida con la lucha feminista, cuando la convocaron no dudó en regresar al país para ponerse en la piel de la víctima del primer femicidio mediático de la Argentina, cuando en la madrugada del 14 de febrero de 1988 el exboxeador estranguló y arrojó el cuerpo sin vida de su mujer desde el balcón del primer piso de la casa que había alquilado en Mar del Plata.
-¿Cómo fue tu acercamiento a la historia de Carlos Monzón y Alicia Muniz?
-Había escuchado el nombre del Monzón, pero no estaba al tanto de los detalles de su carrera profesional. La primera vez que me entero de la historia es precisamente a raíz de Alicia Muniz, en 2015, cuando arranca Ni una Menos. Ahí empezaron a salir muchas notas y a reflotarse un montón de femicidios emblemáticos. Cuando me convocaron hablé mucho con los guionistas, que son quienes hicieron todo el trabajo de investigación periodística, y leí muchas entrevistas de Alicia. Eso me dio una idea general de su personalidad. Ella hablaba mucho de su vínculo con Monzón así que me fui agarrando de eso y de fragmentos del diario íntimo de Alicia, que fue parte del expediente judicial al cual pude tener acceso (N.de la R.: el diario íntimo aparece en el capítulo 11, precisamente llamado Alicia).
-¿Hablaste con familiares de Muniz?
-Me hubiera encantado, pero no logré tener ese acceso. Sí me sirvió leer artículos periodísticos de la época en los que veía el filtro por el que se pasaba toda la información. Una de las cosas más interesantes que tiene la serie es que cuenta lo desamparada que estaba una mujer, como muchas siguen estando hoy en día. El culpable principal y el que cumplió la condena fue Monzón, pero también podemos observar cómo muchas veces es el mismo contexto íntimo de la víctima. La familia, las amigas, la sociedad, todo la conduce a Alicia a tener fe, a esperar a que se resuelva y me parece que todas las cosas individuales no son más que un reflejo de cómo era la sociedad en ese momento, que todavía hoy en día sigue siendo un poco así. Creo que hemos mejorado en un montón de aspectos, pero quedan muchísimos cosas todavía. En ese sentido, me parece que la serie es súper interesante porque establece la temática y nos permite que volvamos a mirar esa época y nos preguntemos qué carajo estamos haciendo como sociedad y como individuos que siguen con estos mandatos tan machistas.
"El culpable fue Monzón, pero también fue el contexto íntimo de la víctima. La familia, las amigas, todo la conduce a Alicia a tener fe, a esperar a que se resuelva y eso no es más que un reflejo de cómo era la sociedad, que todavía hoy en día sigue siendo un poco así".
-¿Qué fue lo que más te marcó de la historia después de leer el expediente?
-Todo, me parece que muchas veces uno escucha una noticia en la tele, o te cuentan que alguien murió de tal manera y, en un punto, creo que es parte de un mecanismo de defensa que tenemos que uno no imagina, no siente en carne propia lo que realmente es el sufrimiento de esta persona. Es como un nombre, un número que murió y es gravísimo. Es un poco lo que las mujeres nos proponemos con la lucha: traer más en presencia a las víctimas y lo que es el sufrimiento real, no solo de las mujeres cuya vida terminó en un femicidio, sino también sobre lo que es el tormento de toda esa vida. A mí me impactó mucho atravesar todas esas escenas. Me parece que, en un punto, la serie se hace imposible de mirar…
-¿Te resultó muy chocante?
-Me pasa a mí que la actúe y me cuesta mucho mirarla. Me parece que es dolorosamente necesario para entender el calvario que es la vida de las mujeres que atraviesan en este tipo de situaciones. Si bien yo estaba actuando y no se acerca en lo más mínimo a lo que sufre realmente una mujer, sí hay una cuestión que es que el cuerpo no distingue la ficción de la realidad. Y cuando uno emocionalmente atraviesa estos estados, aunque sea actuando, hay algo de todo eso que el cuerpo lo procesa igual. Me acuerdo que cuando estaba filmando me sentía muy violenta, o me encontraba en mi casa con un nivel de nerviosismo que no me es habitual. Me contracturé entera y tuve que ir una masajista porque no me podía mover para seguir filmando, del nivel de tensión cervical y lumbar que tenía. Haber hecho esto fue un antes y un después para mí.
"Es muy importante hablar de violencia de género, mostrar un femicidio y el sufrimiento real de las mujeres para que sigamos hablando el tema y luchando para que la situación en la Argentina y en el mundo cambie".
-¿Pudiste ver el resultado final de la serie?
-Sí, la verdad que estoy muy contenta con el trabajo de todos mis compañeros. Me siento absolutamente bendecida de haber sido convocada para esto porque me parece que es una serie que levanta la vara en cuanto a lo que es la producción nacional. El resultado final es muy respetuoso y comprometido con la perspectiva de género de ahora y para mí eso es lo más lo que más satisfacción me da. Porque si aparte de trabajar de lo que me gusta y tener el beneficio de poder ser parte de producciones tan buenas, puedo hacer algo que a mí en lo personal me parece que es muy importante, que es hablar de violencia de género, mostrar un femicidio, mostrar el sufrimiento real de las mujeres para que sigamos hablando el tema y para que sigamos luchando para que la situación en la Argentina y en el mundo cambie. Así que estoy chocha, para mí es un 10, ja ja ja. Cuando ves el resultado final, y realmente te lo crees, es un regalo hermoso.