El diario íntimo de Alicia Muniz (en realidad su apellido se escribía con N) se convirtió en el testimonio de una mujer acorralada por la violencia machista, en una época en la que el concepto ni siquiera existía. “No lo aguanto más... Si no le pongo un freno, me va a matar”, escribió la pareja de Carlos Monzón, vislumbrando lo que finalmente ocurriría el domingo 14 de febrero de 1988.
Según consta en la causa, aquella madrugada el excampeón mundial de boxeo estranguló a la madre de su hijo menor, Maximiliano, y luego arrojó su cuerpo sin vida al vacío desde el balcón del primer piso de la casa en la pasaba el verano en Mar del Plata. Monzón, la serie recreó con maestría la vida del deportista y la actriz Carla Quevedo enfrentó el difícil desafío de interpretar a Muniz, asesinada a los 32 años.
-Con Jorge Román (el actor que encarnó a Monzón adulto) se conocieron en el rodaje. ¿Fue un obstáculo para recrear la escena del asesinato?
-Es un amor Jorge, lo adoro. Fuimos muy afortunados al habernos encontrado porque no tengo dudas de que el resultado tiene que ver con la química y la confianza que pudimos tener el uno con el otro. Lo primero que filmamos fue precisamente la escena del crimen y, por suerte, logramos conectar con una gran sensibilidad y tener la confianza en el otro para poner el cuerpo.
"Para la cuestión física tuvimos un equipo de efectos especiales porque si bien uno quiere que se vea real, teníamos que tener cuidado. Cuando uno está actuando, con la adrenalina del momento, pierde un poco el control de la fuerza".
-¿Cómo fue la filmación? ¿Tuvieron algún tipo de preparación?
-Sí, tuvimos dos encuentros previos fuera del set con Jorge y con el director, Jesús Braceras, en los que un poco establecimos el arco dramático. En realidad, no es una escena, sino que son 30 minutos con varias escenas continuadas. El último capítulo muestra la llegada de Alicia a Mar del Plata hasta el final del 14 de febrero. Mucha parte del capítulo se filmó después, pero todo lo que es esa noche en la casa lo filmamos de corrido.
-¿Tuvieron asesoramiento especial para la recreación?
-Para la cuestión más física tuvimos un equipo de efectos especiales para practicar algunas cuestiones que tienen que ver con golpes. Porque si bien uno quiere que se vea real, teníamos que tener cuidado. Muchas veces cuando uno está actuando, con la adrenalina del momento, pierde un poco el control de la fuerza entonces la producción y nosotros queríamos estar seguros de que de que no fuéramos a lastimarnos. Así que el segundo encuentro fue más que nada eso, de efectos especiales y después ya estuvimos en la casa filmando esa escena en orden. Lo cual para mí es una bendición de parte del director y de la producción, porque pudimos recorrer toda la secuencia cronológicamente. Es algo que muchas veces en el cine no pasa y estuvimos filmando esa escena una semana entera. Un montón para lo que suelen ser los tiempos de rodaje en nuestro país, pero valió la pena. Creo que todos sabíamos que si esta escena no funcionaba, no funcionaba la serie.