Los estados de ánimo cambian como el tiempo por la cuarentena. Hay momentos en los que se puede estar muy arriba y, sin embargo, luego bajar como por un tubo al fondo y romper en llanto.
Así es la vida en confinamiento y, sobre eso, habló Carla Peterson en Cortá por Lozano, cuando la conductora le comentó sobre los vivos de Instagram con los que la actriz se divierte cada mañana.
“Soy la peor conductora”, se excusó Carla. Y agregó: “Hago esa paparruchada matinal pero no hablo de actualidad y eso que sí leo los diarios antes. Es para arrancar el día bien arriba, total después tenés todo el día para ir decayendo”.
“Atrás de cada puerta de cada casa hay una historia enorme, unas más difíciles que otras. El mundo cambió y nada será igual”, siguió. Y no tuvo drama en contar cómo vive sus momentos de angustia.
“Hay tiempo, horarios y rincones que son perfectos para llorar. En algún lugar que no te vea el hijo, que no te puede ver llorar”, dijo tras referirse a lo que le genera la sobreinformación de noticias sobre el virus y a cómo maneja la situación para que su hijo Gaspar no la vea triste.
“Es una de las cosas que me hace llorar en los rincones, porque no sé cuándo podremos volver a vernos con mi hermana".
Pero destacó que lo que más la entristece es el hecho de estar lejos de su hermana, que vive en Italia. “Es una de las cosas que me hace llorar en los rincones, porque no sé cuándo podremos volver a vernos”, señaló.
Peterson también admitió que se dificultan los momentos de intimidad con su pareja, Martín Lousteau.
“Es complicado porque siempre está el hijo y no hay un hermano para que se lo lleve a jugar. Así que aprovechamos cada tanto cuando se pone con la tablet y los auriculares”, contó, franca.