A fines de diciembre de 1996, con apenas 8 meses de vida, Anya Taylor-Joy (24), la protagonista de la exitosa miniserie de Netflix Gambito de dama, llegó a la Argentina. Junto a su madre inglesa, su padre argentino y sus cinco hermanos, se instaló en Buenos Aires, que sería su hogar hasta los seis años. “Allí tuve mis primeros amigos que aún conservo. Mi lengua materna fue el castellano y todavía suelo viajar a pasar Navidad en la Argentina”, contó la actriz, nacida en Miami, hace un tiempo cuando su nombre comenzaba a explotar en Hollywood.
En 2001, en plena crisis económica y social, sus padres decidieron volver a armar las valijas para instalarse en Londres. Fue tal la conexión de Anya con Argentina, que por dos años se negó a aprender inglés porque pensó que eso obligaría a sus padres a regresar a Buenos Aires. “Suelo decir que vengo de muchos lugares diferentes. Pero si tengo que definir de dónde viene mi actitud de vida y mi calidad como persona es de la Argentina. Me siento muy orgullosa de venir de la Argentina”, dijo Anya, que además se confesó una amante de nuestra gastronomía. “Soy fanática de las empanadas, la pizza y los churros rellenos con dulce de leche”, afirmó.
Si Taylor-Joy venía demostrando en diferentes proyectos su maestría y sensibilidad para encarnar diversos roles, el personaje de la ajedrecista Beth Harmon la terminó de catapultar a la fama mundial. La miniserie se convirtió en la más vista de la historia de Netflix: la vieron 62 millones de suscriptores en los primeros 28 días desde su estreno. Además, la ficción estuvo en el puesto número uno de su ranking en 63 países, incluidos la Argentina, Reino Unido, Israel y Sudáfrica y en la lista de las diez más vistas en 92 territorios.
"La forma en que el programa despegó me hizo explotar la cabeza. Sobre una segunda temporada, aprendí a decir 'Nunca digas nunca en este mundo loco', pero no es la intención. Dicho esto, no tengo idea de lo que puede pasar".
-¿Qué pensás sobre el fenómeno que está ocurriendo con Gambito de dama?
-La forma en que el programa despegó me hizo explotar la cabeza. No soy buena con los números, por lo que la gran cantidad de personas que han visto el programa no es algo con lo que pueda lidiar. Me siento muy humilde y agradecida de que la gente haya elegido pasar su tiempo con Beth, y que les importe tanto compartir el viaje con ella, es increíblemente conmovedor.
-¿Hay alguna posibilidad de volver a ver a Beth Harmon en una segunda temporada?
-Aprendí a decir “Nunca digas nunca en este mundo loco”, pero cuando creamos el programa, no teníamos la intención de que hubiera una segunda temporada, la idea es que fuera una miniserie. Dicho esto, no tengo idea de lo que puede pasar, amo el personaje y pase lo que pase, será genial.
-El mundo está hablando sobre el programa, pero también sobre vos. ¿Cómo lidiás con eso?
-Lo primero que pienso es “¡Ahhhh!”, jajaja. Creo que he tenido mucha suerte de estar filmando hasta hace un día. Recibo llamadas telefónicas de gente que me habla sobre el programa y me dice “tu vida ha cambiado”, pero mi realidad sigue siendo igual. Me siento muy, muy afortunada. Cuantas más películas hago y cuanto más tiempo paso haciendo este trabajo, más estoy segura de que lo estoy haciendo por las razones correctas. Nunca soy más feliz que cuando estoy en un set. Esto es todo lo que siempre quise.
"Espero que con movimientos como Me Too presionemos para lograr un mundo en el que no importe el género, en el que seamos iguales y que cada uno pueda decidir qué hacer con su vida. El mundo ha sido intrínsecamente sexista desde siempre".
-¿Cómo fue tu preparación para el papel considerando el juego de ajedrez y la transformación de Beth a lo largo del tiempo?
-Cada personaje es distinto así que no tengo un método para meterme en un personaje, pero con Beth siento que ella era como una voz que tenía en la parte de atrás de mi cabeza durante casi toda mi vida. Somos muy diferentes en muchas formas, pero también muy similares. Así que, en términos de preparación e interpretación del personaje, apenas leí la primera página, ella ya estaba ahí. Mientras filmaba fui aprendiendo a separar cuáles eran sus emociones y cuáles eran las mías. Me sentía tan cerca a ella que, a veces, si ella estaba teniendo un mal día, yo iba a tener un mal día y no me había pasado nada. Y sobre el ajedrez, me dieron un libro enorme con todas las jugadas que iba a hacer en el show. Así que me senté y me las aprendí, pero cuando fui a filmar por primera vez, ¡me cambiaron el juego! Y yo estaba como “no, no, no”, jajaja. Así que terminé aprendiendo las partidas de ajedrez 5 minutos antes de cada escena. Por suerte, tengo una excelente memoria. Me encantaron, sobre todo, las escenas del ajedrez en velocidad.
-¿Quién es tu peor crítico y qué dijo tu familia cuando vio el programa?
-Definitivamente, yo soy mi peor crítica, pero no solo para la actuación, sino para la vida. Yo soy mi peor enemiga. Una gran parte de interpretar a Beth fue comprender por qué era dura consigo misma. Tenía conversaciones con ella en mi cabeza tratando de que fuera más amable con ella y luego pensaba “no podés darle un consejo a un personaje si no estás dispuesto a aceptarlo para vos, tenés que empezar a seguir este consejo para vos”. Y si, mi famila está realmente orgullosa de mí, tan orgullosa que casi me hace llorar. Estoy agradecida de tener una familia tan hermosa, variada y grande. Somos seis hijos, hay muchos nietos. Significa mucho para mí saber que ellos han disfrutado de algo que yo hice.
"Me alegra de que las personas estén empezando a escuchar. Tanto hombres como mujeres estamos siendo reeducados sobre qué es aceptable y qué no. Y, con suerte, llegaremos al punto en el que la desigualdad sea absolutamente inaceptable".
-Este fue un año muy particular y diferente por la pandemia, pero desde lo profesional fue excelente para vos. ¿Cómo lo estás viviendo?
-Nunca podría estar feliz por esta enfermedad que ha afectado tantas personas porque no estoy TAN loca... Pero sí estoy agradecida por el espacio que pude tener y porque tuve mucha suerte de trabajar de forma consecutiva. Tuve tiempo al comienzo del encierro para poder sentarme y procesar la locura de los últimos cinco años de mi vida. Estoy muy agradecida por eso porque siento que he crecido.
-¿Cómo tomás que el personaje sea una fuente de inspiración para tantas niñas?
-Es tan emocionante. Me siento bendecida de que el personaje de Beth Harmon sea una inspiración para las chicas jóvenes. Una de las cosas maravillosas de Internet es que puedo ver tantas personas talentosas en el mundo interpretándola. Hay algo realmente hermoso cuando un programa alcanza este nivel de éxito, ya no se trata de ti, se trata de todos.
"Suelo decir que vengo de muchos lugares diferentes. Pero si tengo que definir de dónde viene mi actitud de vida, es de la Argentina. Me siento muy orgullosa de venir de la Argentina. Soy fanática de las empanadas, la pizza y los churros rellenos con dulce de leche".
-El de Beth es un personaje muy fuerte e independiente, todo esto en los años sesenta ¿Qué pensás del papel que ha tenido la mujer a lo largo de la historia y las limitaciones con las que han tenido y tienen que lidiar?
-Una de mis cosas favoritas es cómo usa su hiperinteligencia para entender su crianza. No es como si le hubieran dado un libro de cómo ser mujer en los sesenta, esto es lo que se te permite querer y este es el lugar que se te permite ocupar. Espero que con movimientos como Me Too presionemos para lograr un mundo en el que no importe el género, en el que seamos iguales y que vos puedas decidir qué hacer con tu vida. No fue culpa de Beth haber nacido mujer, es un problema de la sociedad, así que creo que tenemos mucho trabajo que hacer porque el mundo ha sido intrínsecamente sexista desde siempre. Así que tomará algo de tiempo, pero estoy muy contenta de que la gente esté amplificando sus voces y presionando por la igualdad de la sociedad. Realmente espero que lo consigamos y me alegra de que las personas estén empezando a escuchar. Va a tomar tiempo, tanto hombres como mujeres estamos siendo reeducados sobre qué es aceptable y qué no. Y, con suerte, llegaremos al punto en el que la desigualdad sea absolutamente inaceptable. Recuerdo cuando vi por primera vez en el cine a Wonder Woman y la secuencia de acción toda con mujeres, y sentí escalofríos porque me di cuenta de que nunca había visto antes algo así. Eso fue realmente poderoso. Creo que, en la comunidad del ajedrez, hay muchas mujeres jóvenes en todo el mundo que quizás nunca pensaron en que podían ser Grandes maestras y, ahora, al verlo en pantalla pueden saber que pueden hacer lo que quieran.
-¿Fue díficil mostrar la lucha de Beth con sus adicciones?
-Algo que encontré muy interesante sobre las adicciones es que sea lo que sea que la persona obtiene al principio, claramente funciona para lo que desea conseguir. De lo contrario, no lo harían. Pero con el tiempo es insostenible y en algún momento vas a colapsar y eso fue muy importante que se entienda con Beth. A veces, ella bebe porque se siente sola, otras veces para celebrar, otras veces toma las pastillas porque piensa que son la esencia de su genialidad, otras veces porque no puede manejar lo que siente y quiere sentirse aturdida. Era importante mostrar eso porque a veces al verlo en televisión puede verse glamoroso, al estilo de sexo, drogas y rock and roll como si fuera genial, y la realidad es que la adicción es algo muy triste para la persona que lo atraviesa. Y espero que lo hayamos conseguido.