El reconocido cantante argentino Paz Martínez se subió al escenario de Soñando por cantar 2012 en el teatro Nini Marshal de Tigre y sorprendió a un participante en medio de su actuación. Pero esta vez, a la talentosa participación, se le agregó un toquecito de humor con una perlita de Raúl Lavié, que reemplazó a la jurado Patricia Sosa.
Lo que sigue no es ninguna novedad. Una vez más, en un primer momento el concursante cantó en soledad el tema elegido. Después de eso, otra vez más, el jurado le pidió que lo volviera a hacer por segunda vez con más entusiasmo, aunque en esta ocasión, el conductor Mariano Iúdica se mostró indeciso para que así sea.
“Te juro que hay un montón de participantes y tienen que entrar todos”, le explicó Iúdica a los evaluadores. Pero Valeria Lynch insistió. “Te pido por favor, es nada más el principio, sino lloro”, rogó la jurado del programa argentino que más lágrimas ha derrochado en los últimos tiempos.
Quizás por eso, frente a reiteradas sobredosis de llantos, Iúdica lo impidió: “No llores, no llores Valeria", le dijo a la actriz y luego le dio el pase a los jurados.
“Acordate de ese final”, le aconsejó Lavié al concursante antes de empezar a cantar. Mientras tanto, como cortina de fondo, se escuchaban el resto de las voces de los jurados que, de a todos juntos, le pedían que diera mucho más en su performance.
“Lo estamos matando ”, lanzó Alejandro Lerner en referencia a la superposición de pedidos de los magistrados. Pero luego, él también hizo de las suyas. “Divertite y tirate a la pileta”, ordenó el autor de Volver a empezar, y Valeria asintió con un “¡si!” contundente y agudo.
Lejos del dramatismo o nerviosismo por la situación, el concursante sonreía desde el escenario, quizás pensando en lo que se estaba por venir: la ¿sorpresa? de Paz Martínez. Como suele suceder, cuando el concursante estaba cantando el hit Amor pirata, apareció el famoso artista y provocó la ovación de todos los presentes.
Hermoso momento el de los dos cantantes juntos en escena. Pero la gran perlita de la noche llegó cuando, en el medio de la actuación, Martínez y su compañero se acercaron al jurado para saludarlo y, generosamente, hacerlos partícipes de la performance.
Fue ahí, en ese glorioso instante, donde hubo un pequeñito percance con Lavié. Entusiasmado, el concursante le acercó el micrófono para que él completara la estrofa, peeeeeero en vez de su voz se escuchó un eterno (muy eterno) silencio de dos segundos.
“No, no, no”, expresaba Lavié con un movimiento de cabeza de elocuente negación por no poder seguir la letra. Finalmente, bajo los efectos de la incómoda sorpresa, el concursante no tuvo otra opción que volver a poner el micrófono allí, de donde nunca debió haber sido sacado: su propia boca.
¡Mirá el video!