Era para la foto y se lo rompió. El productor Simon Egan, orgulloso por su Oscar obtenido a Mejor película con El discurso del Rey, quiso capturar a su pequeña beba de 15 meses con el premio en la mano, pero tuvo un percance.
En medio del festejo por el premio obtenido, el productor le dio el preciado premio a Lara, su hija, quien enseguida la dejó caer al piso por su peso y la estatuilla quedó rota.
Simon Egan contó: "Como todo el mundo estaba celebrando en el jardín de la casa, cuando vi a mi hija con el Oscar. Y entonces fui testigo del momento terrible en que la estatua se le cayó y no cayó en el césped, sino en el cemento. El horror fue evidente en la cara de todos. Corrimos a mirar los daños y vi la cabeza abollada, el chapado en oro caído en el pecho y un hombro dañado", dijo el productor de 44 años. Y completó: “Mi primer pensamiento fue 'Oh Dios, ¿cómo va a quedar eso en la repisa de la chimenea!'. Era un objeto de gran belleza y mi hija lo había destruido, aunque sin darse cuenta. Estábamos aterrados".
Lo cierto es que la historia del Oscar y la niña tuvo un final feliz. Los productores de El discurso del Rey se contactaron con la Academia Americana de Artes y Ciencias Cinematográficas en Los Ángeles, la encargada de repartir los premios Oscar, y se encontraron con la grata noticia de que esta entidad tiene previsto que el premio pueda llegar a ser dañado durante las fiestas posteriores a la entrega.
Enseguida, Simon Egan se dirigió a las oficinas y le cambiaron su Oscar roto por uno nuevo. El productor, con su nueva estatuilla, comentó: "En cuestión de minutos me dieron uno nuevo, luego de que una dama con guantes tomó el mío dañado".