En la antesala de las celebraciones de fin de año, el pan dulce volvió a instalarse en el centro del debate público, aunque esta vez no solo por tradición sino por polémica. El disparador fue el lanzamiento del pan dulce gourmet de Damián Betular, una propuesta premium que rápidamente generó repercusión en redes sociales por su alto precio y por el contexto económico que atraviesa la Argentina.
El producto se comercializa en Betular Pâtisserie a $56.000, un valor que no pasó desapercibido. En un escenario marcado por la inflación, la caída del poder adquisitivo y un consumo cada vez más medido, muchos usuarios cuestionaron la accesibilidad de este tipo de lanzamientos en relación con una costumbre popular y familiar como el pan dulce de Navidad.
Desde la pastelería explican que se trata de una pieza de 750 gramos, elaborada con cacao, avellanas tostadas, naranjas confitadas y chocolate semiamargo, y finalizada con un craquelin de cacao y avellanas. La defensa del precio se apoya en la calidad de los ingredientes, el proceso artesanal y el posicionamiento gourmet de la marca, argumentos habituales dentro de este segmento.

LA POLÉMICA DEL PAN DULCE DE BETULAR
Sin embargo, en redes sociales el foco estuvo puesto en la comparación: muchos usuarios enfrentaron el valor del pan dulce de Damián Betular con otras opciones artesanales, versiones comerciales e incluso con productos básicos de la canasta navideña. Para una parte del público, el precio lo convierte directamente en un artículo de lujo, destinado a un consumo exclusivo y alejado de la realidad cotidiana de la mayoría de las familias.
El lanzamiento no llegó solo. Betular también presentó una colección navideña que incluye chocolates, macarons y turrones, consolidando una propuesta pensada para un público de alto poder adquisitivo. En un contexto de consumo retraído, el caso reavivó una discusión recurrente: los límites del mercado gourmet, su lógica de precios y la distancia cada vez más marcada con la economía real.




