Las nuevas amenazas que Luis Ventura recibió en su teléfono personal, en las cuales no solo atentaban contra su vida sino también contra la de su familia, obligaron al periodista a radicar la denuncia en el mismo juzgado penal federal en el que se tramita la causa que inició Viviana Canosa.
“Estoy surfeando la preocupación, el desvelo. Lo que antes te pasaba desapercibido, ahora el movimiento de una rama, una sombra de más o algo te lleva a una segunda lectura, o tercera mirada, para ver si todo está en orden”, admitió Ventura en una nota con Puro Show.
“No es común que te digan, ‘te vamos a ir a decapitar a vos y a tu familia’. Entre otras cosas. Porque hay cosas tan o peores que esas”, alertó indignado, horas antes de volver a ser intimidado.
Entonces detalló, horas antes de volver a ser intimidado., horas antes de volver a ser intimidado y además solicitar custodia policial: “Fueron tres amenazas en cuatro chats. Y son cuentas diferentes”.
“No sé de dónde viene y tampoco quiero volarme los pajaritos con gente que a lo mejor no puedo demostrar, no puedo comprobar. Ante todo, para hacer una denuncia, levantar algo en contra de alguien, me parece que hay que tener fundamentos”, cerró Luis Ventura tras dejar en claro que todo estaría vinculado a su postura respecto a la denuncia de Viviana Canosa.
CÓMO FUERON LAS AMENAZAS A LUIS VENTURA

Por otra parte, Marina Calabró leyó en Lape Club Social el contenido de los mensajes mafiosos contra Luis Ventura.

“Ventura gordo judío”, decía el primer amedrentamiento al que le le adjuntaron una foto de un grupo de cinco personas, pero que bien podría ser una imagen al azar sacada de la web.

“Locura, ¿sabés quién soy yo? Soy José Leíto Suárez. Soy el terror del barrio 1-11-14 y andamos armados hasta los dientes. Hacemos corte de ruta robamos, blindados. Ya bajamos a 42 bolivianos en la frontera con Bolivia y no nos va a temblar el pulso de bajarte a vos, porque fuimos los dueños del pabellón. Hace cinco meses me escapé del penal de Ezeiza con mi amigo y Huguito, el martillero. Cuídate capo, porque uno de estos días voy a tocarte la puerta de tu casa y no sabes con lo que te podés llegar a encontrar. No sé, espero haberte ayudado, Ja”.

“Flaco, no me gusta que te hagas el cancherito en una red social. No la agites, que soy de pocas pulgas. Mirá que te estás metiendo. Con un pesado. Estuve preso por homicidio, narcotráfico, crimen organizado y beber en la vía pública. Ya me cantaron en qué barrio vivís. Cuando quieras voy a golpearte la puerta. A mí no me rompas los huevos porque saco el fusil de abajo del colchón y voy a gatillarte. Cuídate, pá”.