A esta altura, ya todos sabemos que Pampita y Roberto García Moritán se separaron. Pero lo interesante no es la noticia en sí, sino cómo nos hace sentir esta situación.
Es que Pampita no es solo una famosa más; cuando le pasa algo a ella, nos pasa a todos. Y más aún cuando se trata de una traición. ¿Quién se atreve a meterle los cuernos a Pampita? Es casi como si se los metieran a todos nosotros. ¡Es la diosa argentina!
Desde el principio, Moritán se vendió como el príncipe azul. Se mostraba como el tipo que venía a reivindicar la truncada vida amorosa de Pampita, después de todo lo que le pasó con Vicuña.
Se posicionó como un hombre moral, de valores familiares, que no solo traía amor, sino estabilidad. La boda en el Palacio Sans Souci con 300 invitados, y hasta el reality “Siendo Pampita”, donde vimos todo: el casamiento, la familia ensamblada y hasta el embarazo de su hija.
Y con eso, su carrera política despegó, con la imagen de la “familia perfecta”.
Pero ahora, todo eso se desmoronó para él. En medio de todo el escándalo de la separación, Moritán tuvo que renunciar a su cargo como secretario de Desarrollo Económico de la Ciudad de Buenos Aires. Y no fue solo por los rumores de infidelidades: las denuncias de corrupción en su contra lo obligaron a dar un paso al costado.
El tipo que había sido tan cuidadoso en mostrarse como el hombre de principios, ahora estaria envuelto en contratos turbios y manejos que dejaron a muchos con la boca abierta.
Y Pampita, ¿cómo queda en todo esto? Ella sabe reinventarse, y además, el público la adora. Porque no importa cuántos palos le dé la vida, Pampita se levanta y sigue.
Las mujeres la apoyan porque, aunque sea una diosa, su vida es tan real como la de todas. Y la cosa es así: si a Pampita le pasan estas cosas, ¿qué queda para el resto de nosotras? Las redes estallan de memes, pero también de cariño hacia ella, porque todos empatizamos con su situación.
Y acá está el verdadero perdedor: Moritán. El tipo que se hizo conocido por estar con Pampita ahora está perdiendo terreno. Ya no tiene el paraguas de la “familia perfecta”, y los problemas le pasan factura.
Las denuncias de corrupción, los rumores que no paran... se quedó sin el escudo mediático que era Pampita.
Al final, lo que nos queda claro es que Pampita siempre sale bien parada frente a la opinión pública. Mientras Moritán ve cómo su carrera se desmorona, ella seguirá adelante con su vida y con mayor apoyo del público.
Porque esta historia, que parecía de película, es mucho más real de lo que pensábamos. Y nosotros, por supuesto, seguimos atentos.