¡Wanda Nara, otra vez dando que hablar! La reina del escándalo lo hizo otra vez, pero esta vez el show no fue por lo que dijo, sino por lo que NO dijo.
La mediática fue a un evento de lujo con su hermana Zaira, donde la prensa la esperaba ansiosa para sacarle una declaración. Pero Wanda y Zaira decidieron ignorarlos por completo. ¿Resultado? Otro quilombo!
Y es que, ojo al detalle, no se trata de que Wanda no tenga derecho a guardarse sus palabras, ¡claro que lo tiene! Pero es irónico que te paguen para ir a un evento y no te dignes a hablar con la prensa que también fue convocada.
O sea, si vas a un evento organizado para promocionarte, no podés hacerte la muda y después salir a dar cátedra en tus redes sociales. ¡Es de manual! Pero bueno, Wanda siempre sabe cómo generar titulares, y esta vez lo logró con su silencio.
La gente se queja de la prensa, pero hay que decirlo: los noteros, fotógrafos y camarógrafos son laburantes que se bancan el frío, los empujones y la espera, solo para que Wanda se haga la diva de turno.
¿Es mucho pedir que los traten con respeto? Si la excusa es que no quería hablar, está bien, nadie le pone un micrófono en la boca a la fuerza. Pero tampoco es necesario generar un malestar entre la gente que está trabajando ahí.
¡Que la seguridad empuje a los periodistas! Eso ya es pasarse de la raya. Un saludo y una sonrisa no matan a nadie, y mucho menos a Wanda, que ya debería saber cómo funciona el circo mediático.
Lo más gracioso de todo es que, al final, Wanda terminó haciendo prensa de su “no-prensa”. Después de ignorar a todos los medios, se fue directa a Instagram a dejar su mensaje. Claro, porque si hay algo que sabe hacer Wanda, es hablar sin que le pregunten. Ahí, desde la comodidad de su cuenta, se despachó con que “la falta de respeto es violencia”.
Los que la conocen saben que este es otro de sus movimientos de ajedrez. Hablar de la prensa en sus redes es su forma de seguir alimentando el show, pero esta vez, el papel de víctima no le queda.
Wanda, si no querés hablar, no hables, pero hacete cargo de que también te pagan por eso. No es solo ir a posar para la foto y desaparecer. Y lo más triste es que esto termina siendo una falta de respeto, no solo hacia la prensa, sino hacia el público que consume tu imagen.
Al final, Wanda siempre tiene la última palabra, aunque esta vez no la haya dicho en persona. Irónico, ¿no? El silencio también puede hacer mucho ruido.