Merlin Atahualpa, el hijo de Natalia Oreiro y Ricardo Mollo, ya cumplió 12 años. A corazón abierto, la actriz habló sin filtro sobre la crianza de su nene preadolescente y admitió que acompañarlo es un “desafío enorme”.
“La crianza es una responsabilidad de los adultos, un desafío enorme para el que no siempre estamos preparados. Criar sin violencia es saber que los niños son personas únicas e irrepetibles. Es necesario aprender lo que pocas veces nos enseñan: a resolver conflictos sin recurrir a los gritos o a levantar la mano, a desandar conductas aprendidas, a promover una crianza de los hijos y las hijas compartida entre mujeres y varones”, reflexionó en diálogo con Pronto.
“Hoy no me imagino mi vida sin él, pero antes no me imaginaba siendo mamá”.
Acto seguido, aclaró que si bien disfruta muchísimo de la maternidad, antes del nacimiento de su hijo no se imaginaba en el rol de madre. “A Ata lo pensamos un montón, hoy no me imagino mi vida sin él, pero antes no me imaginaba siendo mamá. Es contradictorio, pero yo estaba bien, y pensé que quizá no era una búsqueda. Pensaba que quizá era así; en un momento quiso venir y fue alucinante”, explicó, a corazón abierto.
¿CÓMO CAMBIÓ NATALIA A PARTIR DEL NACIMIENTO DE ATAHUALPA?
Antes de cerrar, Natalia contó qué le enseña su hijo.
“A mí él me enseña todos los días a disfrutar de la vida, mi hijo me enseña a disfrutar de cosas que me había olvidado”.
“Creo que está bueno continuar siendo la misma persona, a mí él me enseña todos los días a disfrutar de la vida, mi hijo me enseña a disfrutar de cosas que me había olvidado”, cerró, sensibilizada.