En los inicios de su matrimonio con el multimillonario Matías Garfunkel, Victoria Vannucci suscitaba la curiosidad de ciertos medios que indagaban sobre la vida de lujos y viajes que ostentaba, y sobre todo de su supuesta participación en orgías de elite junto a su marido.
La conocida revista Noticias llegó a hacer una tapa basada en esos rumores y en la difusión de una serie de imágenes que algunos exempleados del empresario difundieron, furiosos por no haber percibido sus sueldos antes de su accidentada salida del país tras desmantelar sus empresas con Sergio Spolzki.
“Intimidad de una relación perversa” rezaba esa tapa editada durante ese “autoexilio” en Miami, que luego terminó en divorcio y con ella viviendo en la Costa Oeste. Los años pasaron, y en las últimas semanas Vannucci pasó de medio en medio tratando de romper su marginación de los medios merced a la viralización de sus fotos en un cruel safari por África asesinando animales salvajes.
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Aprovechando esta necesidad de aparecer de Vannucci, Tamara Pettinato la invitó a Ella empezó, su nuevo ciclo en Metro 95.1 donde le consultó sobre la verdad acerca de su supuesta participación en orgías junto a miembros de la elite internacional, y la respuesta la sorprendió.
“Sí, totalmente, y eran muy interesantes, muy interesantes”, dijo Vannucci, que agregó que las orgías, muy en la línea de las que se vieron en el film Ojos bien cerrados (Eyes wide shut, 1999) de Stanely Kubrick “se hacían una vez por año y eran en castillos. No era algo así nomás. Era algo importante”.
En esta línea, Vanucci elevó la apuesta y aseguró ver en las orgías “gente importante”. “Estaba, por ejemplo, lo puedo decir ahora porque ya no es más el presidente, esta cantante Carla Bruni (56)”, agregó, en relación a la esposa del ex mandatario francés Nicolás Sarkozy.
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En la misma línea, Victoria Vannucci relató uno de esos eventos a los que concurrió con Garfunkel en Países bajos. “Se hacían en unos castillos impresionantes. Una vez fuimos a uno en Holanda. No sabés lo que era”, contó.
“Hay lockers para cambiarse, hay pisos especiales, y es libre la participación. El que quiere con la que quiere, o los que quieren con los que quieren”, aseveró, antes de explicar que, pese a la libertad, hay ciertas reglas a tener en cuenta.
“Uno no se puede apartar de cierto reglamento. Por ejemplo, hay bebidas para tomar, por supuesto, pero si te emborrachás no podés acceder a otra persona. Y claro que siempre tiene que haber un consentimiento. Si alguien no quiere con tal persona, por supuesto que no se le permite mantener esas relaciones”, cerró la modelo y chef.
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