Si bien se había mostrado muy feliz de haber podido regresar a Bailando 2023 después de su ataque de pánico, Tomás Holder volvió a encender las alarmas con su salud después de sufrir un nuevo episodio, a pocos minutos de romper en llanto en la pista.
Así lo reflejó el cronista de LAM, Santiago Sposato, en su cuenta personal de Twitter: “Otro ataque de Holder”, escribió junto a una foto en la que se ve a un montón de gente rodeando al exparticipante de Gran Hermano 2022.
Poco antes, Tomás se había angustiado hasta las lágrimas al culminar su performance: “Fueron semanas por difíciles para mí y para mi equipo que está trabajando conmigo. Ellos me apoyaron mucho y estoy dando lo mejor”, comenzó diciendo ante las cámaras.
“Me estoy tratando para poder mejorar porque la ansiedad es algo de todos los días y cuesta. A veces, cuando uno piensa mucho las cosas, cree que todo va a salir mal, piensa mucho a futuro y, en realidad, está todo en la cabeza”, agregó.
Y cerró, a corazón abierto: “Un mensaje para los que padecen de ansiedad, quiero que sepan que no están solos, que siempre tienen que hablar las cosas que es lo mejor y no quedarse callados. De a poquito, se puede”.
LAS LÁGRIMAS DE LA MAMÁ DE TOMÁS HOLDER AL HABLAR DE SU DURA HISTORIA DE VIDA
Gisela Gordillo, la mamá de Tomás Holder, contó con lágrimas en los ojos la dura etapa que atravesaron años atrás.
“El padre de Tomás no estuvo nunca. Venía una vez cada tanto y ahora no está nunca”, comenzó diciendo Gisela en una nota que dio a Intrusos, el ciclo que conduce Flor de la Ve por América.
“Siempre recuerdo esto. Yo me compré un termo, un café y un paquete de azúcar y vendía café en la calle para darle de comer a mi hijo”.
En cuanto a cómo hizo para criar al exparticipante de Gran Hermano 2022, la entrevistada reveló, visiblemente angustiada: “Siempre recuerdo esto. Yo me compré un termo, un café y un paquete de azúcar y vendía café en la calle para darle de comer a mi hijo. Yo lo llevaba a comer a una guardería maternal desde las 6 de la mañana hasta las 4 de la tarde”.
“Vivía en una villa con Tomás y el padre no estaba. Nunca estuvo, así que ahora no venga a decir nada. Con mi hijo, pasamos las mil y una”, agregó. Y cerró, a flor de piel: “Hoy, gracias a Dios, soy una profesional, vivo en un departamentito lindo, tengo mi consultorio; pero nosotros no somos gente de plata”.