A los 51 años afirma que podría volver a posar en ropa interior en dónde sea, como lo hizo para una conocida marca de calzoncillos a inicios de los noventa. Sergio Goycochea sigue siendo el eterno galán de las canchas de la selección argentina, superando a varios símbolos sexuales del mundo del fútbol.
A la hora del sexo, el conductor de Vivo en Argentina (TV Pública, lunes a viernes a las 15:30hs) no defrauda: sus conocimientos sobre el "punto G", sus "tips" para mantener viva la pasión con su esposa, Ana Laura Merlo (¡desde hace 25 años!), y más...
1) ¿Cómo fue tu primer beso?
-Fue a los 13 años, al final de la primaria. El primer beso servía para que cuando los otros chicos te ninguneaban con el tema de si ya habías besado a alguien, tenías una historia para contar. Esa era la mayor satisfacción.
"En la adolescencia me gustaba exponerme en lugares de riesgo, para generar adrenalina. En mi pueblo estábamos había algunos recovecos cerca de la autopista donde podías estacionar el auto y jugar con la sensación de que los autos venían a buscarte".
2) ¿Cómo fue tu debut sexual?
-Normal, no fue pago, y pasó a los 15 años con una especie de novia. No voy a decir quién era porque vengo de un pueblo donde se conocen todos. No lo planifiqué, se fue dando paso sobre el paso y en un momento supe que iba a suceder. Como todas las primeras veces la performance no fue la mejor, por los nervios y porque uno no entendía nada de lo que se trataba. Hace 35 años era otra la realidad de nuestra sociedad y había que ubicarlo en ese contexto. Creo que entendí de qué se trataba el sexo recién a los 17 años; entender qué era una caricia, una previa...
3) ¿Qué fantasías pudiste cumplir y cuáles son las que te faltan?
-Dejame pensar... Lo hice en una playa, pero viste que hay muchos que dicen que lo hicieron en un avión... ¿Quién tiene sexo en un avión? Yo creo que ahí hay más sanata que lo que realmente sucede (risas). Me quedan muchas fantasías por cumplir, pero después de 25 años de matrimonio todo el tiempo te estás reinventando o buscando a la otra persona para que la pasión siga intacta. Terminás fantaseando todo el tiempo y creo que por eso tenemos un matrimonio de tantos años con mi mujer. En la adolescencia me gustaba exponerme en lugares de riesgo, para generar adrenalina, donde estén a punto de descubrirte. En mi pueblo estábamos a 4 kilómetros de la ruta y había algunos caminos y recovecos cerca de la autopista, donde podías estacionar el auto y jugar con la sensación de que los autos venían a buscarte.
4) ¿Cuál es la mejor forma en que un hombre puede satisfacer a una mujer? ¿Lograste descubrir el famoso punto "G" de ellas?
-La recomendación para un hombre es que tiene que ir a una relación sabiendo que la consigna es que la mujer tiene que estar en primer lugar. El disfrute de la mujer tiene que estar por encima del hombre y así ese hombre va a tener una gran relación y se va a convertir en un gran amante. Soy muy feminista en ese aspecto, me gusta pensar que la mujer tiene que disfrutar primero. Hasta no me importa que sea mi mejor noche, pero me siento bien si mi mujer quedó más satisfecha que yo. El punto G es un lugar de ellas que es como una zona donde hay buenos restaurantes, un lugar donde se come mejor que en ninguno. Hay que ir a comer mucho a los otros para darte cuenta donde se come muy bien... En algunas el punto G está en la entrada y en otras en el postre, no es un plato exclusivo.
5) ¿Qué actitudes te ponen de buen humor y cuáles te deserotizan?
-Me gusta estar relajado y en una relación de 25 años tenés que separar muchas cosas para la intimidad. Tenemos 3 hijos, cada uno con sus laburos y, mientras más tiempo estás junto a tu pareja, más cosas en común tenés, por eso está bueno poder aislarnos de lo cotidiano. Me gusta mucho el verano y las buenas temperaturas, las polleritas cortas que usa mi esposa, los aromas de ella... Esos olores característicos que quedan en la ropa, en la almohada, que son característicos y que para otro pasan inadvertidos. Son los que generan cierta química, no son feos ni lindos, son las sensaciones que me provoca alguien que amo.
"El punto G es un lugar de ellas que es como una zona donde hay buenos restaurantes, un lugar donde se come mejor que en ninguno".
6) ¿Tenés ropa de batalla? ¿Cuál es la que te excita que use ella?
-Como diría la Coca Sarli '¡Mi piel!' (risas). No tengo ropa de batalla y para los hombres es un recurso más limitado que para las mujeres. No me gusta la sunga de leopardo (risas). ¿Qué ropa me gusta en ella? ¡Por lo que le dura! La ropa interior de muchos colores no me gusta, por ejemplo, soy más de lo tradicional. Me encantan los tacos con medias, hacen más excitante el cuerpo de la mujer.
7) ¿Te ofrecieron alguna vez dinero a cambio de sexo?
-Alguna vez recibí y fue por medio de una carta, ¡mirá cuánto tiempo habrá pasado! Tenía 21 años y era de una persona que yo conocía. No me interesó, primero, porque era de mi mismo sexo y por cómo estaba planteado. No me entusiasmaba tener una relación homosexual y menos a cambio de dinero, aunque no soy homofóbico y me parece genial que cada uno pueda ejercer su sexo libremente. Nunca me pasó que en el mundo del fútbol me hayan confiado 'sí, soy homosexual'. A pesar de que en nuestro país está muy avanzado el tema, con un montón de leyes hacia estas cuestiones, hay que transitar un camino todavía para que llegue a la sociedad.
8) ¿Qué jugador de la Selección Argentina podría tomar tu lugar en la mítica publicad de ropa interior que hiciste después del Mundial 90?
-¿Por físico o por atributos? (risas). El Pocho Lavezzi tiene buen lomo, podría ser mi heredero, tiene su onda y lo generó todo gracias a la Copa del Mundo. Yo le cedo mi calzoncillo y que él me pase sus contratos, no el que hice hace 25 años. Sin pecar de soberbio, creo que en eso marqué tendencia. Hice esa publicidad cuando los jugadores de fútbol no hacían ni publicidades de productos deportivos y estoy para repetirla. Ese es mi orgullo, que 25 años después podría repetirla sin vergüenza.
9) ¿En la adolescencia quién te erotizaba en tu despertar sexual? ¿Qué famosa te seduce hoy?
-Arranqué con la Mujer Maravilla, mirá lo viejo que estoy. Verla a Lynda Carter en esa época, en shortcito, era una gran cosa. Y en plena dictadura sábes lo que era... Si mi esposa me dice 'te doy una semana e intentá seducirla', iría por Angelina Jolie, me atrae mucho la belleza de su cara, sus labios, lo sexual que es.
10) Una pregunta clásica de Jorge Guinzburg, ¿qué es lo que más te han elogiado en la intimidad?
-"Son tantas cosas que estoy buscando la mejor", diría el clásico argentino (risas). Hay muchas y yo me las creí a todas, me parece que me mintieron bien. Lo que más escuché al final de una relación fue "¡qué bueno!". Soy un maratonista, la carrera de 100 metros no me gusta. Tengo un rècord con mi esposa de 5 veces en 10 horas, con descanso y con mucha bebida isotónica (risas).