Sara Stewart Brown (39), Kiwita para sus amigos, es la mujer de Jorge Lanata (54) desde el 22 de septiembre de 1996. Con algunas crisis de por medio, fue ella quien dio a luz a la segunda hija del conductor, la pequeña Lola.
Los que los conocen, saben que no se tutean. También, que forman más allá de una pareja, una sólida familia, proyecto que ambos decidieron encarar con firmeza. La primera cita fue en un bar de San Telmo, y hoy viven desde hace un tiempo en un piso en Recoleta.
Esta semana, su nombre ocupó varios titulares porque fue protagonista de de un trasplante cruzado de órganos inédito en América Latina, que le permitió al creador de Página 12 y a un chico de 22 años (Ignacio), seguir viviendo. Dos madres, Nora (quien le dono su riñón a Lanata) y Sara (que hizo lo propio con el hijo de esta señora), le permitieron a estas dos familias prolongar la felicidad y seguir disfrutando sus días juntos.
Sara llegó a los medios como oyente del talentoso Fernando Peña. Pero luego, a sus 20 años, se acercó hasta los estudios donde Jorge conducía Día D y como admiradora le regaló una botella de su whisky favorito, con una notita. Sin dudas, eso impactó al conductor (de 36 años) y así comenzó esta familia.
Los que los conocen, saben que no se tutean. También, que forman más allá de una pareja, una sólida familia, proyecto que ambos decidieron encarar con firmeza. La primera cita fue en un bar de San Telmo, y hoy viven desde hace un tiempo en un piso en Recoleta. El primer viaje que realizaron no fue romántico. Ambos se trasladaron a Mar del Plata, para una declaración ante la Justicia, por un juicio de un funcionario menemista. Antes Lanata tuvo varias parejas, la mayoría periodistas, y Sara quebró esa regla. Sin embargo, comparte y conoce las reglas del medio, aunque a veces su inocencia se las borra. Siempre tuvo un bajísimo perfil y no le gusta dar entrevistas.
Su paciencia la convirtió en la elegida. Sobrevivió a las presiones del medio, a otras chicas, a las adicciones, a un coma diabético, a problemas respiratorios y la insuficiencia renal. Siempre firme.
Cuando se conocieron, conmovido por la historia de Sara, Lanata se ocupó personalmente de hacer una investigación para dar con el paradero de la madre biológica de su mujer. Y no se detuvo hasta encontrarla, más allá de que el vínculo luego no prosperara.
Cuando se conocieron, conmovido por la historia de Sara, Lanata se ocupó personalmente de hacer una investigación para dar con el paradero de la madre biológica de su mujer. Y no se detuvo hasta encontrarla, más allá de que el vínculo luego no prosperara. Hoy ambos comparten su vida con sus familias, con la ex del conductor Andrea Rodríguez (productora de sus ciclos) y su hija Bárbara, y con Lorenzo y Beatriz, los padres de Kiwita.
Exactamente 15 años después del primer encuentro se casaron con una sencilla ceremonia en el Registro Civil de la calle Uruguay. La proposición no fue nada formal ni romántica: fue por chat. Tras un verano convulsionado por los celos de Sara con las integrantes femeninas de la revista que encabezaba Lanata en el Maipo, llegó la propuesta y el final de las dudas.
Lanata siempre fue conquistador y atravesó decenas de parejas. Sara es la mujer que más tiempo compartió con él, y quizás también los peores momentos, y su vuelta triunfal con su programa en Mitre y El Trece.
Sin dudas, el altruismo de Sara al donar un riñón le salvó la vida a Lanata. Pero ya lo había hecho antes. Kiwita es una experta maratonista, y evidentemente esa resistencia no es sólo para el deporte. Sara corre largas carreras, siempre.