El miércoles 11 de febrero se cumple el tercer aniversario de la muerte de Whitney Houston, quien murió ahogada (desvanecida por una sobredosis de cocaína) en la bañera de su habitación en el Hotel Beverly Hilton, la víspera de la entrega de los Grammy.
Para cerrar el siniestro destino que llevó a madre e hija a finalizar sus días de manera casi idéntica, los familiares de Bobbi Kristina Brown planean desconectarla de las máquinas que la mantienen con un hilo de vida el mismo día que murió Whitney.
Bobbi Kristina Brown fue encontrada en estado de inconsciencia sumergida en la bañera de su casa, el sábado 31 de enero. Emulando el final de su progenitora, en el hogar de la joven también se encontraron drogas, aunque no se determinó si las había consumido antes de sumergirse en el agua.
Tras 12 días de permanecer hospitalizada en coma inducido y con un pronóstico irreversible, su abuela, Cissy Houston, parece haber decidido ponerle fin al tratamiento de su nieta, "dejándola ir" el mismo día que la vida de su hija Whitney se apagó hace tres años. Según fuentes familiares "la decisión (de desconectarla) es un modo simbólico de mantener unidas a madre e hija para siempre".
Mientras tanto, se descubrió que Bobbi Kristina tenía heridas alrededor de la boca cuando fue hallada inconsciente. La policía investiga si la joven y su pareja Nick Gordon (hijo adoptivo de Houston), habían tenido una pelea, ya que Gordon tiene un historial de violencia doméstica.