Como la propia Marcela Tauro (48) admite con cierta (y dulce) resignación, Juan Cruz Álvarez (8), su hijo, es el hombre de su vida. Y, por el momento, el único dueño de su corazón.
En el final de Intrusos, el asignado "conductor suplente" del ciclo, Marcelo Polino, muy amigo de la histórica panelista, advirtió la presencia del chico detrás de cámaras y lo saludó.
Entonces, orgullosa y más relajada que de costumbre, Tauro alentó al pequeño a que aparezca ante cámara. Así, venciendo la timidez de una impulsiva corrida, el fruto del amor entre la periodista y José María Álvarez, se acercó para abrazar a su mamá.
Con el pelo arremolinado y un juguete entre las manos que le sirvió para ocultar su rostro, Juan Cruz le regaló su amplia sonrisa por unos breves instantes a los espectadores, sosteniendo la mirada con sus ojos color miel. ¡Hermoso!