Mucho antes de que Tito, Peter y Coki se hicieran famosos gracias a la varita mágica de Marcelo Tinelli, mucho antes de que el Bailando se adueñara de las noches de la pantalla chica, un simpático animal había sido furor en el viejo y querido VideoMatch. Su nombre, el Oso Arturo. Aquel que en 2001 hizo de improvisado guardaespaldas del -por ese entonces- presidente De la Rúa. Aquel que en el año 2000 agredió al pobre Trompis. Y que en 1998 le "arrancó" la cabeza al muñeco de Bingo Lavalle, como bien recordó el conductor.
Las reglas de la TV hicieron que su retorno al programa que lo vio nacer fuera con nuevo nombre y aspecto. Un día antes de su vuelta, la primicia de Ciudad.com sobre el reclamo que Telefe hizo sobre los derechos de Arturo, repercutió en todos los medios. El propio Marcelo blanqueó la situación antes de presentarlo en escena. Como el canal de las pelotas comparte con Ideas del Sur los derechos (50 y 50) y una cláusula establecía que ambas partes debían ponerse de acuerdo para que el animalito apareciera en otro canal (algo que, por supuesto, no contó con el visto bueno desde Pavón 2444), a Tinelli no le quedó otra que anunciarlo con nuevo nombre: ¡El Osho Arturro!
Tras 11 años en Miami, el Oso... perdón, el Osho... retornó a la Argentina y a las 0.25 del viernes 2 de mayo hizo su entrada triunfal al estudio de Ideas, imitando a Tinelli (¡tiembla Martín Bossi!) y exigiéndole el pago de su cachet por haber regresado al programa.
Con sus desopilantes movimientos, Arturro hizo volver por un instante a miles de televidentes a su infancia/adolescencia. "¡Están todos locos!", gestualizó cuando el conductor lo puso al tanto del litigio con Telefe por su nombre. Incluso amagó a irse cuando Marcelo le dijo que a partir de ahora se llamaría Osho Arturro.
Pero la frutilla del postre fue cuando se topó con tres nuevos compañeritos: Ico (el caballito), Draco (el dragón) y Pupo (el perro). Lo que empezó con un tierno abrazo con ellos, terminó en golpes y trompadas del Osho. Más Arturro que nunca.