Otro revés para la familia de Michael Jackson. Hace poco perdieron el juicio que le iniciaron a la productora que iba a realizar los conciertos del Rey del Pop en Londres. Y ahora, Conrad Murray, el médico que había sido condenado a pasar cuatro años de prisión por la muerte del ídolo, que falleció el 25 de junio de 2009 por sobredosis del tranquilizante propofol.
Pero, a poco de cumplirse dos años tras las rejas, Murray consiguió la libertad por buena conducta y, también, por la saturación de presos en las cárceles estatales. El polémico doctor salió del recinto por la puerta de atrás en un coche de policía poco después de la medianoche.
Murray siempre dijo ser inocente e insiste en que fue víctima de las circunstancias, ya que lo que hizo fue lo que le pidió su cliente, adicto a los fármacos de prescripción médica.
Ahora, Conrad va a intentar recuperar la licencia para reabrir sus consultas en Texas y Las Vegas. "Voy a comenzar mi vida de nuevo y, si Dios quiere, seré un modelo para demostrarle a la gente que, pese a la adversidad, la gente buena puede levantarse y triunfar, aunque les pasen cosas malas", aseguró él en su última entrevista.