Las imágenes de la habitación en la que murió Michael Jackson, en junio de 2009, hablan por sí solas e impactan. El rey del pop sufría una absoluta dependencia a los medicamentos. Y en las fotos, tomadas y divulgadas por la policía de Los Angeles, se puede apreciar hasta qué punto llegaba su adicción.
Decenas de píldoras, remedios, suplementos vitamínicos, tanques de oxígeno y varios frascos de propofol, el agente anestésico que lo llevó a la muerte. Las fotografías fueron utilizadas en el juicio contra el médico personal del cantante, Conrad Murray, quien fue condenado a cuatro años de cárcel por administrarle dosis letales del medicamento.
Otra imagen que llamó la atención de los medios fue la que muestra numerosos retratos de bebés en una mesa. La madre del artista, Katherine Jackson, demandó a la promotora de conciertos AEG Live por ignorar las señales de claro deterioro que mostraba su hijo.
Una vez más, una o varias imágenes valen más que mil palabras.