“Yo terminé bien con el 99% de mis mujeres”, dijo alguna vez Jorge Lanata cuando visitó BdV (Bien de Verano). En esta nota, tres mujeres que conocieron en distintas épocas al conductor de Periodismo para todos (por El Trece) hablan de su costado íntimo y profesional.
Chediek: "Fue un matrimonio express. Nos casamos porque yo quería y duramos cinco meses. En ese momento él no quería tener más hijos y por eso terminamos. Yo quería ser mamá".
1991. Lanata “marido”.
La periodista Silvina Chediek recuerda cómo fue su breve enlace: “Fue un matrimonio corto, casi express; él venía de los años de la fundación de Página/12. Terminamos muy pronto. Todo duró un año y tres meses. Nos casamos porque yo quería. Dije 'la verdad quiero casarme'; y él me dijo 'bueno'. Fuimos a New York, al City Hall, (que es como ir a la Municipalidad), y nos casamos solos. Los testigos fueron dos compañeros míos que casualmente estaban haciendo una producción de fotos en la ciudad. Volvimos de allá y duramos cinco meses más. Ese fue el tiempo que convivimos. No me daba cuenta del cigarrillo, no me molestaba, hoy no lo soportaría. Jorge es muy inteligente, brillante. En ese momento, no quise hablar con las revistas y se enojaron conmigo. Hoy hablo de él porque fue hace más de veinte años, y me parece que hablo de dos personas que ya no conozco. En ese momento, él no quería tener más hijos, (tenía una hija chica, Bárbara), y por eso terminamos. Yo quería ser mamá. Por otro lado, para mí era un mujeriego enfermo, que quería volver a las andadas y yo era su freno. En un momento, me enteré de una infidelidad… Pero es un loco lindo. Lo mejor es su generosidad y su brillantez; lo peor, que no se cuida".
Oliván: "El día en que me enteré que lo empezaban a dializar fue la única vez que lloré desconsoladamente en terapia. Pensé que se moría. No quiero estar peleada por boludeces y le deseo lo mejor”.
1997. Lanata como jefe y conductor.
María Julia Oliván, (su columnista en Día D, por América) dice que Lanata: “Es un personaje increíble fuera de la tele, y muy seductor desde lo profesional. Nunca lo vi galanear con otra que no sea Sara, a quien adora. Es generoso y egoísta, sabe escuchar y es terco como una mula, es copado y jodido. Me enojé cuando dudó de mi honestidad por 678. En ese momento, me enojé mucho y después, nuestra ‘pelea’ se convirtió en algo muy bizarro, cuando dijo que no podía discutir conmigo porque ‘esa chica no terminó la primaria’. Me resultó hasta tierno. Estuve muy enojada, hasta el día en que me enteré que lo empezaban a dializar. Creo que fue la única vez que lloré desconsoladamente en terapia. Pensé que se moría. No quiero estar peleada por boludeces. Le escribí un mail de reconciliación y nunca me contestó, pero no me importa. Elegí quedarme con su mejor costado, y le deseo lo mejor”.
Capristo: "Era un buen compañero, un tipazo. Siempre tenía abierto el camarín para que pasemos. ¡Cero divo!"
2008. Lanata en el Maipo.
Ximena Capristo fue una de las dos vedettes que lo acompañó en su debut en la revista. “Yo trabajé con Lanata y, si algo tiene Jorge, es que no se calla nada. Siempre dijo lo que tenía ganas. Muchos lo critican por su paso por el Maipo, pero él no se ponía conchero”, recuerda la actriz. Y agrega: “En el teatro era más light de lo algunos esperaban. Contaba su paso por los medios. Era un buen compañero, un tipazo. Siempre tenía abierto el camarín para que pasemos. Era muy accesible. ¡Cero divo!”
Con respecto a su costado “mujeriego”, Capristo opina que “en el teatro, a pesar de que las chicas andaban desnudas por los pasillos, era súper respetuoso con todas las bailarinas y las vedettes. Lo máximo que hacía era gritarnos ‘yeguas’, pero todo era en broma. Es un tipo normal, quizás uno tiene otra imagen, pero es muy sencillo”, rememora la ex Gran Hermano.
Tres mujeres, tres Lanata.