Thiago Batistuta es dueño de una extraña y cautivante combinación entre chico de mundo y pibe de barrio. Nació y vivió hasta sus 12 años en Florencia, una de las ciudades más lindas de Europa, y pasó parte de su adolescencia en Roma y Qatar. Tuvo la oportunidad de conocer a figuras internacionales, paseó por los destinos más llamativos del planeta, pero a la hora de elegir una ciudad (ver video) se queda con Reconquista, la tierra de sus padres.
"Me anoté en el IUNA porque me lo recomendaron mucho. Mis viejos estaban contentos porque me demandaba mucho tiempo y no era un cursito. Pero yo lo hacía más por hacerlo y tal vez por eso no entré en el primer intento".
A pesar de su famosa alcurnia, Thiago también es de esos típicos chicos del interior que vienen a Buenos Aires a estudiar, con un bolsito lleno de ganas y un monoambiente como refugio. Es el mayor de cuatro hermanos varones y sí, tiene un padre que fue (y es) ídolo de multitudes, pero que en el reducto de esta entrevista dejará de ser Gabriel Omar Batistuta para ser sólo el papá de Thiago.
Con jean, zapatillas y esa frescura de los 21 años, llega súper puntual a la cita con Ciudad.com. Tímido, correcto, medido, austero. Así se muestra quien forma parte de Los Grimaldi en su gira nacional y países limítrofes, y quien hace de Sebastián (el ex novio de Julieta, el personaje de La China Suárez, y el sueño de amor de Daniela, interpretada por Lali Espósito) en Solamente vos, en las noches de El Trece.
-¿Cómo es hacer a Sebastián en Solamente vos?
-Estoy contento, había ido a muchos castings en Pol-Ka hasta que quedé. No conocía a nadie personalmente, sí de verlos en la tele, ¡son todos actorazos! Es una muy linda experiencia, trabajar con ellos es ir a aprender. Además, me tocan muchas escenas con La China y Lali, que tienen mucho oficio.
-En teatro estás viviendo un gran desafío: hacer comedia con Los Grimaldi, de la mano de Nazarena Vélez. ¿Cómo lo transitás?
-Cuando me llegó la propuesta acepté, así de fácil. Ahora tengo una exposición más alta y, aunque no me gusta mucho el tema de las notas y todo eso, sé que viene con el trabajo. Hay que aprender... (piensa un instante). Con respecto a la gira, lo más cerca de algo así que estuve fue un viaje cuando jugaba al rugby, que fue un descontrol (ríe con picardía).
-Al menos sabés que Gastón (Soffritti, su colega y a quien le toca reemplazar en Los Grimaldi) salió vivo de la temporada…
-Sí, sí, salió vivo (ríe). Esto de Los Grimaldi es lo más grande que hice hasta el momento, encima reemplazo a Gastón que es un peso. Todos me preguntan eso porque también tengo que hacer del novio en la ficción de su novia (Barbie Vélez) en la vida real, pero lo conozco y la mejor. Aparte yo también estoy de novio, es trabajo. Y tal vez el día de mañana a él le toque de hacer de novio de una pareja mía.
"Me vine a vivir solo a Buenos Aires a los 18 años y quería hacer todo. Obviamente, no pude. Al principio cuando quedé en la reserva de Arsenal me fui a vivir a la pensión en Sarandí. Entrenaba a la mañana, de ahí me iba a Canal 9 donde grabábamos Consentidos y volvía a las 10 de la noche a la pensión. Aguanté tres meses".
-Los Grimaldi es lo más importante que te tocó hacer sobre las tablas, pero no es tu primera experiencia teatral. Contame de las otras...
-Había hecho teatro en Reconquista, con el grupo Ch TV teatro. Después también participé de Mormo, fin del juego, en un teatro cooperativa. Como actor quiero hacer cine, esa es mi meta, pero el teatro es vivirlo ahí en el momento, cuando te aplauden, los nervios, salir. Es muy fuerte.
-Pero estás preparándote... ¿Cómo fue que decidiste estudiar actuación en el IUNA?
-En 2010 terminé la escuela y al año siguiente me vine a estudiar. Me anoté en el IUNA porque me lo recomendaron mucho. Mis viejos estaban contentos porque me demandaba mucho tiempo y no era un cursito. Pero yo lo hacía más por hacerlo y tal vez por eso no entré en el primer intento. En el segundo, sí. Estoy muy contento ahora. La verdad es que el primer año fue más “soy actor, tengo que hacerlo”, algo así como ir a entrenar. A partir del segundo año crecí como persona, sentí un cambio grande. Hay talentosos que capaz no lo necesitan, pero siempre está bueno ayudar al talento igual.
UN ACTOR EN ASCENSO. Thiago se empieza a soltar con el correr de los minutos. Aparece su simpatía, también sus anécdotas y la conversación fluye, con el grabador como testigo silencioso y un licuado frutal como compañero.
A los 16 años, aquél niño florentino de nacimiento, pero argentino por opción (como a él le gusta remarcar), siguió el migratorio tren de su familia para radicarse en Reconquista, al norte de la provincia de Santa Fe. Se trataba, claro, de la ciudad natal de #sufamosísimopapá y su bella mamá (Irina, dueña de la dedicatoria de gol más romántica de la historia). Pero al cumplir los 18 se hizo mayor... y hubo bolsito y mudanza a la gran ciudad.
-¿Recordás cómo fue tu primera experiencia solo en Buenos Aires?
-Supuestamente me venía a vivir con un amigo, pero vine en febrero solo, porque él empezaba la facultad en abril y yo tenía que hacer el ingreso al IUNA antes. No tenía departamento y por esa época también jugaba al fútbol (N. de la R.: Decidió presentarse en Argentinos, Boca y Arsenal con otro nombre, para no usar su apellido paterno. Finalmente quedó seleccionado para entrenar con la reserva en el club de Sarandí). Tenía 18 años y quería hacer todo. Obviamente, no pude. Al principio cuando quedé en el club me fui a la pensión en Sarandí. Entrenaba a la mañana, de ahí me iba a Canal 9 donde grabábamos Consentidos y volvía a las 10 de la noche a la pensión.
-¿Cuánto aguantaste ese ritmo?
-Unos tres meses, hasta que dejé el fútbol.
-¿Te dolió?
-Eh… sí. Bah, en ese momento no porque justo tenía laburo y estaba contento. En el fútbol puede pasar cualquier cosa, nadie te asegura que no tengas una lesión. El tema fue que después de Consentidos tuve un bache sin laburo y me replanteé haberlo dejado... Hoy en día estoy contento por la decisión que tomé.
"Soy hincha de la Selección. Aunque teniendo a mi papá futbolista era del equipo donde jugaba mi viejo, fui de la Fiorentina, de la Roma. Me gusta el buen fútbol, voy a la cancha a ver cualquier partido y me junto a jugar con mis amigos".
-¿Qué es el fútbol en tu vida? ¿De qué club sos hincha con tanta mudanza?
-Y… soy hincha de la Selección. Aunque teniendo a mi papá futbolista era del equipo donde jugaba mi viejo, fui de la Fiorentina, de la Roma. Me gusta el buen fútbol, voy a la cancha a ver cualquier partido. Me junto a jugar al fútbol con mis amigos, me gustan todos los deportes en general. El que más me gusta jugar es el fútbol. Hice de todo, mis viejos me hacían probar. Siempre fui muy independiente, de los cuatro hermanos soy el más independiente, tal vez por esta vida de movernos por todos lados, tal vez no te aferrás a las cosas tanto como alguien que estuvo siempre en un lugar.
-¿Entonces, cómo fue el primer año en la gran ciudad?
-El primer año la pasé bomba, la verdad: estábamos de joda todo el día. Sé cocinar así que nos arreglábamos bastante bien. En mi casa nos enseñaron de todo, nos criamos un poco a los golpes. Por ahí uno tiene el estereotipo del hijo de famoso que no sabe hacer nada; bueno, nada que ver. Siempre estuvimos muy cerca del campo, somos muy salvajes los cuatro. Lo que más me costó fue aprender a moverme solo, las distancias. Por ejemplo, yo soy muy puntual y al principio llegaba una hora tarde a todos lados, después una hora temprano, hasta que me acostumbré.
-¿Qué dicen tus tres hermanos (Lucas, 16 años, Joaquín, 14 y Shamel, 8) cuando te ven en la tele?
-Me cargan más que nada, están acostumbrados a esto, por todo lo que fue mi viejo. En su caso no lo exponía, pero nos dábamos una idea.
-¿Vos querés decir que ustedes no se daban cuenta de todo lo que generaba tu viejo?
-¡Para nada! Recién ahora y yo que soy el mayor. Ahora tomo conciencia por lo que me dice la gente. Recién estoy empezando a darme cuenta. Vivíamos una vida bastante normal. Sacando que en Roma salías de casa y siempre había regalos...
-Recuerdo una anécdota de tu papá en la que contaba que les dejaban canastas con alimentos en la puerta de tu casa…
-Claro. Exacto. ¿Ves? Eso es incontrolable, ¡nos dejaban cosas en la puerta! La verdad mis viejos lo manejaron muy bien y estoy muy agradecido.
EL AMOR, SUS GUSTOS Y MÁS... Como #sufamosísimopapá, Thiago tiene una mirada tranquila, un hablar pausado y genera admiración en la platea femenina. Por eso, también le hicimos algunas de esas preguntas que a ellas tanto les van a gustar, para ingresar un poco más en su mundo privado...
-Estás de novio con Yael (21), una compañera tuya del IUNA, ¿cómo va la relación?
-Re bien. Sí, ella quiere ser actriz, en algún momento le tocará. Ya había estado de novio con una actriz (Micaela Riera), es más fácil porque te entiende. Bah... en teoría es más fácil, pero después hay que bancarse… Hay que confiar en la pareja haga lo que haga. Yael es de Ezeiza, así que se queda bastante conmigo y los findes vamos para su casa. Conocí a su familia al toque, tiene tres hermanos como yo, me recibieron muy bien.
"Me cargan y me dicen 'Tanito', porque nací en Florencia. Pero yo siempre digo que soy argentino y doblemente: porque lo elegí. No sé porqué siento tan fuerte eso... casi no viví acá. Lo que sí, en las vacaciones siempre volvíamos y la pasaba súper bien con mis abuelos, quizás por eso".
-¡Seguís viajando! ¿Qué sentís que te dejó de positivo y de negativo moverte tanto de acá para allá?
-Soy lo que soy por todos los viajes. Crecés, aprendés. Tal vez medio de repente. A los 12 años nos fuimos de Florencia a Roma, era muy chico, tuve que dejar a mis amigos, mi vida. En Roma estuve dos años y ya me fui. Mis hermanos peor, porque la ligaron de chiquitos. Viajar te abre mucho la cabeza. Ojo, hay que estar dispuesto a abrir la cabeza, hay gente que viaja toda su vida y no abre la cabeza. Siento que te ayuda a tener más madurez. Por otro lado, lamento no haber vivido cosas que veo en mis amigos de Reconquista. Por ejemplo, ellos estuvieron toda su vida ahí, con la misma gente. Yo, ponele, terminé el colegio en Reconquista pero para mí no es “el” colegio como para ellos. De hecho estuve dos años viviendo allá y cambié dos veces, lo mismo me pasó en Qatar… Para mí el colegio era algo más.
-Siempre recalcás que elegiste ser argentino, ¿cómo es eso?
-Me cargan y me dicen 'Tanito', porque nací en Florencia. Pero yo siempre digo que soy argentino y doblemente: porque lo elegí. No sé porqué siento tan fuerte eso... casi no viví acá. Lo que sí, en las vacaciones siempre volvíamos y la pasaba súper bien con mis abuelos, quizás por eso.
-¿Cómo tomás cuando dicen que sos un galancito?
-No me gusta. El papel es un papel, eso no me molesta. Pero me incomoda salir a la calle y que me vean como galancito, hay gente mucho más “langa” en la calle. Adentro de uno hay de todo, lo feo, lo bueno. Por eso hay que conocerse a uno mismo. Yo soy bastante tímido, más que nada al principio. En mi casa somos muy correctos, muy formales. Con mis amigos soy otra persona, me suelto mucho. ¡Pero galancito no soy!
-En la ficción estás en medio de dos hermanas, ¿te pasó en la vida?
-(Risas) Sé que pasa pero a mi no me pasó. Debe ser un buen quilombito.
-En Twitter una vez escribiste: “Quiero ser un actor serio y respetado”, ¿qué significa para vos eso?
-Hay varios que pierden el rumbo, que llegan arriba y se pierden. Es un ambiente jodido, hay de todo. No me voy a poner a juzgar a nadie porque no me corresponde, pero considero que para llegar a un buen nivel hay que tener una buena crianza y no todos tienen esa suerte. Me gustaría que me digan “este es buen actor y no este es fachero, este es hijo de Batistuta”.
-¿Cómo manejás el tema de tener un apellido famoso?
-Es difícil. Cuando hay una figura tan fuerte, al hijo casi no lo ven como una persona. Eso me pone muy de malas (sic) eso de "hijo de". Hay varios hijos de famosos que también han estudiado, como Dalma (Maradona), que también estudió en el IUNA y son más que "hijos de". Te ponen una presión muy fuerte. Me genera “quiero ser yo, loco”. Quiero lograr mucho para que me digan “él es Thiago” y no “el hijo de Batistuta”. Es difícil y también tiene sus ventajas.
-¿Cuáles son esas ventajas?
-Te facilita algunas cosas. Ponele, si estoy con mi viejo y con la familia te invitan a lugares, te tratan distinto. Cuando estoy solo no pasa nada (risas). Ya empezás a dudar, pero con los años empezás a reconocer…
"Cuando hay una figura tan fuerte como la de mi viejo, al que es el hijo, no lo ven como una persona. Eso me pone muy de malas (sic) eso de 'hijo de'. Te ponen una presión muy fuerte. Me genera 'quiero ser yo, loco'. Quiero lograr mucho para que me digan 'él es Thiago' y no 'el hijo de Batistuta'".
-¿Conocés a Dalma, te la has cruzado en la facultad?
-Cuando yo entré ella terminó. Me crucé un par de veces en la vida y fui a ver la obra (Hija de Dios) donde cuenta todo lo que le pasa por ser la hija de Maradona. ¡Es el doble de lo mío!, un nivel extremo. Si para mí es difícil, no quiero pensar para ella…
-Tenés varios aros y tatuajes (ver galería de fotos) en tu cuerpo. Contame cómo te decidiste a hacértelos.
-“Hasta que no cumplas 18 no te hacés nada”, me habían dicho mis viejos... y yo a los 17 me hice el primer arito con un amigo, ja, ja. Me lo hice y me lo sacaba en mi casa. Un día me lo olvidé y mi vieja me cagó a pedos, ellos no comparten el tema de los aros, prefieren “sin”. Igual no me hago más. Y tatuajes tengo cuatro: el primero me lo hice viviendo acá en Buenos Aires y son las coordenadas de todos los lugares donde viví, en la columna. Después me hice dos en dos semanas, es adictivo. Uno dice renacer en latín y el otro “I am me” (Yo soy yo). El restante me lo hice con mi novia en la costilla y dice “Amor infinito”. No me puedo hacer más, ¡es complicado taparlos!
-Pasando a otros hobbies, ¿qué te tipo de música te gusta escuchar? Sé que sos fan de Joaquín Sabina…
-Sí, Sabina me encanta. Escucho de todo, desde AC/DC hasta Damas Gratis, es más, ando con muchas ganas de ir a ver a Pablito Lescano. Igual cuando me preguntan lo primero que digo es Sabina. Dice muchas verdades. Y en cuanto a otras actividades, voy al gimnasio porque hay que hacerlo. Como mucho, soy muy ansioso.
-¿Salado o dulce?
-De todo. Me como medio kilo de helado como si fuera un cuarto. También me gusta muchísimo el asado. Soy carnívoro 100%, imaginate que voy solo a comer a un restaurante que queda en esquina de mi casa, me siento y lo disfruto, aunque me miren raro.
No te pierdas el ping pong final de preguntas y respuestas (ver solapa video) a Thiago Batistuta: ¡dale play!
Agradecimientos: Pony, No End, Prototype.