La carrera profesional de Abel Ayala, más conocido como El Polaquito (por su papel en la película argentina El Polaquito, en el año 2003), fue tan vertiginosa como su vida. El joven actor abandonó su casa a los 9 años, en medio de la más absoluta pobreza y un gran conflicto familiar, y se las arregló siempre solo para poder comer. Hasta vendía caramelos en los trenes.
Su hogar durante mucho tiempo fue la estación de trenes de Constitución. Allí se las arreglaba todos los días para comer y sobrevivir a la violencia de la calle. Un día, el pequeño se acercó a un hogar de niños a pedir ayuda y su vida cambió para siempre. Hoy, con 24 años, es una de las revelaciones de la televisión argentina con su papel de Guachín en Sos mi hombre.
"No teníamos plata ni para comer. Había mucha pobreza. Yo llegaba a las siete de la tarde con mucha hambre y en casa no había nada de comer. Ni siquiera teníamos heladera", reveló.
Por este motivo, Abel Ayala habló con Espiando la Noche, programa radial conducido por Tomás Cacciola, Juan Pablo Gurrieri y Diego Laurence en RadioLK, y contó su dura historia de vida.
"Yo vivía en una familia que no tenía ningún tipo de estructura. Además éramos muy pobres. No teníamos plata ni para comer. Era una pobreza de verdad. Yo llegaba a las 7 de la tarde con mucha hambre y en casa no había nada de comer. Ni siquiera teníamos heladera”, confesó.
"Vivía con un montón de primos y hermanos. Mi mamá no me reconocía. Yo vivía en la calle prácticamente. A la mañana temprano salía a pedir comida en algún almacén. Y a la noche me volvía a casa porque si no me cagaba a palos. A los nueve años me fui de casa sin avisar. Me fui a Constitución y viví ahí en los trenes. Todos los días iba a los trenes a vender caramelos", reveló.
"A los nueve años me fui de casa sin avisar. Me fui a Constitución y viví ahí en los trenes. Todos los días iba a los trenes a vender caramelos. Era muy brava la calle, habían chicos más grandes que te pegaban”, confesó.
Con ese desolador panorama en plena infancia, Abel creció a los golpes: "Yo tenía miedo de vivir en la calle, porque era brava: había chicos que me pegaban. Todos los días iba a los trenes a vender caramelos. Ibamos a comer a un lugar en Constitución que te daba almuerzo y te podías bañar. Y en ese lugar les conté que no tenía mamá y les pedí ayuda. Ellos me buscaron un hogar. Y ahí empezó el cambio en mi vida. De estar en la calle, pasé a estar en un hogar. Tenía comida y la posibilidad de bañarme".
Hoy volvió a tener contacto con su familia, aunque Abel comenta: "Tengo una relación muy especial con ellos, porque me crié sin convivir en casa".
Por último, Abel Ayala habló de su presente: "Tengo mi mujer, acabo de ser papá, hace 17 días nació Paloma. Y este personaje de Guachín me vino en un gran momento. La televisión es una vidriera muy potente. Siempre es bueno estar trabajando".
¡Escuchá el audio de la entrevista a Abel Ayala!