Con un elenco repleto de nombres estelares, producción de Ryan Murphy y una campaña promocional agresiva, la serie llegó al streaming con todas las señales de un éxito… que la crítica convirtió en meme.
Desde su estreno el 4 de noviembre de 2025, la ficción acumuló reacciones polarizadas: por un lado, números de vistas que la posicionan entre las más consumidas de la plataforma; por el otro, valoraciones lapidarias que la colocan ya en la categoría de “peor drama de la historia”.
Y eso que la protagonizan dos apellidos de peso: Naomi Watts y Kim Kardashian, una combinación entre excelencia actoral y popularidad. La serie en cuestión es Todo vale (All’s Fair) y sus 10 episodios están disponibles en Disney+.
¿De qué se trata Todo vale?
Todo vale sigue la historia de un bufete de abogadas en Los Ángeles formado por mujeres que deciden asumir los casos más espinosos de divorcios de élite. Kim Kardashian interpreta a Allura Grant; Naomi Watts es Liberty Ronson; entre las protagonistas también figuran Sarah Paulson, Glenn Close y Niecy Nash.
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En sus primeros episodios, la serie despliega lujos, escándalos millonarios, diálogos que rozan lo teatral, y estéticas de glamour extremo que parecen más cerca de un desfile de moda que de un drama jurídico tradicional.

Por qué la crítica la destrozó
La crítica no fue tibia. En palabras de la reseña de The Guardian: “Fascinantemente, incomprensiblemente, existencialmente terrible”.
En el sitio Rotten Tomatoes logró apenas un 4% de aprobación. Entre los reproches: la actuación de Kardashian fue calificada como rígida y sin expresividad; los guiones fueron considerados vacíos; y la trama, carente de tensión o coherencia.
¿Por qué, pese a todo, está generando curiosidad?
Hay algo irresistiblemente magnético en esta combinación: una superestrella de reality ayunando una actuación dramática, un productor de éxito, actrices consagradas… ¿Cómo pudo salir tan mal?
Esa premisa genera viralización. Además, algunos espectadores la ven como un “hate-watch” o un experimento de entretenimiento por lo absurdo. Como señala un usuario de Reddit: “Y lo dice alguien que admite que no la ve para elogiarla, sino por el efecto ‘no puedo creer que esté viendo esto’.”.
Es una serie ultra-estética, de personajes disfuncionales, de juicios de divorcio que parecen batallas de ricos, y de mujeres empoderadas que juegan según sus propias reglas. Si bien el resultado no convenció a la crítica, ese “brillo superficial” puede atraer a quienes buscan un guilty-pleasure para maratonear.

¿Vale la pena verla?
Depende de la expectativa. Si buscás un drama pulido, coherente, premiable por sus actuaciones o guiones finos: probablemente no, y la crítica estaría de tu lado.
Pero si lo que querés es sumergirte en un “desastre glamuroso” que genera debates, memes, y un “¿cómo es posible esto?” constante, entonces sí, puede ser ideal.
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Otro aspecto: algunos críticos señalan que, con los dos-tres primeros episodios, la serie no arranca bien… pero que a partir del cuarto episodio empieza a expandirse en personajes y contextos. Por lo tanto, darle una oportunidad más allá del piloto podría revelar un entretenimiento distinto.



