El thriller policial “Muti: Rituales mortales”, que este jueves se estrena en cines argentinos, se apoya en un rol secundario interpretado por el multigalardonado Morgan Freeman con la expectativa de que la trayectoria del veterano actor en filmes de ese género convenza al espectador de que la trama criminal postulada resulta atractiva o verosímil.
Dirigida por George Gallo, el largometraje de 90 minutos sigue al detective Boyd, encarnado por Cole Hauser, quien, incapaz de procesar la muerte de su hija, se embarca en la búsqueda de un asesino en serie que mata de acuerdo con un brutal ritual de magia negra africana llamado “Muti”.
El agente decide indagar en la antropología relativa a ese ritual y da con un profesor (Freeman) experto en cultura africana que devela las motivaciones del asesino y para quiénes es que probablemente trabaje.
En el rol del villano, Vernon Davis, recientemente retirado jugador de fútbol americano, personifica a un chamán africano que a partir de secuestros y masacres de niños obtiene una pócima añorada por multimillonarios que buscan afianzar su poder y potenciar sus fortunas a partir de su ingesta.
Presentado como un antihéroe invencible y de gran potencia física, el criminal no tiene ninguna dificultad en doblegar sin mucho esfuerzo a todos los adiestrados agentes de la Policía que van a combatirlo, con la inverosímil salvedad del personaje interpretado por el octogenario Freeman.
Escrita por un numeroso equipo de guionistas conformado por Robert T. Bowersox, Jennifer Lemmon, Francesco Cinquemani, Giorgia Iannone, Luca Giliberto y Ferdinando Dell’Omo, la película, que se estrenó hace casi un año en Estados Unidos (donde las críticas no acompañaron demasiado a la propuesta), completa su elenco con Peter Stomare y Julie Lott.