La tele nos presenta un desafío permanente: escuchar contradicciones, incoherencias, mentiras y ridiculeces a diario. El espectador se somete a diario a todo tipo de confesiones, algunas bizarras, otras hilarantes y muchas ridículas.
Estas últimas horas, los caballeros tomaron la posta.
El talentoso bailarín Martín Withemcamp se convirtió últimamente en uno de los protagonistas mediáticos. Lo echaron de Bravísima, denunció como "pata sucia" a Ayelén Paleo, se enfrentó a Belén Francese por un histeriqueo veraniego, calificó de ridículas a Moria y Graciela por un puntaje, y ahora se peleó y enamoró al mismo tiempo de Adabel Guerrero, su compañera del Bailando.
"Yo escucho mi corazón...", dijo sobre su enamoramiento de la vedette, quien supuestamente había pedido su cabeza por no soportar que hable mal de las mujeres. La misma Guerrero, después del pueril argumento, recorrió programas anunciando su renuncia para no dejarlo sin trabajo. ¡Esperen sentados!
Por otra parte, Santiago Bal y Carmen Barbieri finalizaron la gira de Bravísima, después de un intenso mes de escándalos personales. Antes del final en la función formoseña, Carmen agradeció a sus empleados y su ex pidió el micrófono para "pedir disculpas" públicamente. El director de la revista dijo "yo he cometido un error muy grande en esta vida. Pero bueno, muchos lo cometemos. He pedido disculpas de forma personal, pero no he sido disculpado. Ahora lo hago en forma pública y te pido mil perdones, Carmen, por lo que he hecho...". Con estas palabras inoportunas volvió a incomodar a la madre de su hijo. Como si fuera poco, ante el acoso de la prensa a la salida de la sala, Bal escupió un "me tienen las pelotas por el piso". ¡Finoli!
En las ultimas horas, otro ex se colgó de una actriz. Entrevistado por Roberto Pettinato, Joaquín Levinton declaró sobre Celeste Cid: “Con Fito Páez somos dos puntas de un iceberg, en todo sentido, y en el medio está ella”, recordando su internación. “Lo que pasó fue un problema de proporciones en varias noches locas. No tengo nada que ver con lo que le pasa. No fui un iniciador, en ese río ya había corrido mucha agua. Yo fui una balsa que pasó. No sé cuánto duró la relación, pero parecieron cien años”, concluyó el músico.
“Los caballeros no tienen memoria”, un lema en total desuso. Al menos en la tele.