Decenas de herederos de fama prestada, carentes de la más mínima cultura de trabajo y profesionalismo. Todo es fácil para ellos, llegaron por un viaducto dorado y no tuvieron que hacerse de abajo. Y sobre todo, no se perfeccionaron una vez adentro. Divos de medio pelo.
"Te toman de Banelco. Se acostumbran a que seas proveedor, a la buena vida. Aspiran tu fama y viven de vos. Yo voy a pedir que la echen. El problema es que llamo y no me puedo comunicar. El maridito (sic) no atiende, es un combo de ineptos. No tiene cultura de trabajo”, describió con precisión de cirujano Moria Casán sobre su hija, Sofía Gala, con la que comparte panel en el ciclo Malas muchachas.
Y más allá de la movida de prensa, lo que narró Casán es la historia de muchos "hijos de…", que desprecian el medio en el que trabajan, gracias al talento y el esfuerzo de sus progenitores. Reniegan de años de lucha de aquéllos que le dieron la vida y el ingreso al mundo artístico.
Decenas de herederos de fama prestada, carentes de la más mínima cultura de trabajo y profesionalismo. Todo es fácil para ellos, llegaron por un viaducto dorado y no tuvieron que hacerse de abajo. Y sobre todo, no se perfeccionaron (ni con estudio, ni con entrenamiento) una vez adentro. Divos de medio pelo.
Sin embargo, también está el vaso medio lleno. Y hay montones de ejemplos de "hijos de…" que brillan haciéndole honor a la educación recibida y al apellido de sus padres. En esa larga lista, podemos mencionar a Florencia Torrente (Araceli González), Manuela Pal (Graciela Pal), Sofía Pachano (Aníbal Pachano y Ana Sanz), Bárbara Vélez (Nazarena Vélez), Marta Mediavilla (Patricia Sosa y Oscar Mediavilla), Sol Mihanovich (Vane Mihanovich), Nicolás Francella (Guillermo Francella), Martina “Tini” Stoessel (Alejandro Stoessel) y Oriana Sabattini (Catherine Fulop y Osvaldo Sabattini), entre tantos otros nombres.
Sin embargo, hay montones de ejemplos de "hijos de…" que brillan haciéndole honor a la educación recibida y al apellido de sus padres. En esa larga lista, podemos mencionar a Flor Torrente, Manuela Pal, Sofía Pachano, Barbie Vélez, Marta Mediavilla, Sol Mihanovich, Nicolás Francella, Martina Stoessel y Oriana Sabattini, entre tantos otros nombres.
Uno de los casos es el de Flor Torrente. La bella hija de Araceli se hizo muy popular en las revistas por el parecido físico con su madre, fue presa mediática por su escandalosa ruptura con Nicolás Cabré, y víctima del escándalo cuando aparecieron fotos en topless filtradas por un fotógrafo. Más allá de todo, superó con su dedicación todos estos obstáculos. Hoy, brilla en La casa de Bernarda Alba, en el Teatro Regina. Allí, en la piel de Adela, se enfrenta en escena a la gran Norma Pons, que interpreta a la cruel Bernarda.
Por su parte, Sofía Pachano apareció en la tele después del paso mediatiquísimo de su progenitor en el Bailando. Fue convocada para el concurso y pudo demostrar que su talento como bailarina nada tenía que ver con sus genes. También paso por el Cantando, y salió airosa. Hoy, se roba el aplauso de Vale Todo, obra en la que comparte cartel con Enrique Pinti y Florencia Peña, ya fuera del círculo paternal.
También en tele y teatro se destaca Barbie Vélez. Apareció como fan de Pedro y Paula, en la obra que encabezaba la pareja junto a Nazarena, y este año es parte de Los Grimaldi en sus dos versiones. Y no sólo desplegó eficacia en escena, sino también una cuota de belleza y frescura poco habitual. Además, venció al huracán de prensa y escándalo que es su madre. Se corrió de las polémicas y eligió un camino bien distinto, y quizás más difícil. El próximo año, saldrá también de la esfera familiar, y será parte de la tira Somos Familia (por Telefe), y Familia de Mujeres, dirigida por José María Muscari.
Las historias se repiten una y mil veces. Y hay de todo, desde hijos merecedores de la herencia, que respetan el camino elegido y honran la profesión; hasta verdaderos mamarrachos que insultan, no sólo al medio sino a la trayectoria de sus padres. Cada uno selecciona su recorrido. Y el público es, en definitiva, quien tiene la última palabra.