Un clásico del fin de siglo regresa a la TV desde el domingo 21 de abril, a las 12 del mediodía por América. Televisión Abierta, el programa que hace 15 años debutó en la pantalla chica, creado por los entonces veinteañeros Gastón Duprat & Mariano Cohn, regresa con el mismo espíritu, pero en una era en donde la tecnología y el deseo del público por expresarse frente a cámara son absolutamente distintos.
La nueva versión durará una hora y presentará un variado catálogo de personajes que tendrán la posibilidad de mostrar gratuitamente sus habilidades artísticas; contar sus necesidades amorosas, profesionales o hasta religiosas; criticar, opinar u ofrecer sus servicios; y hasta enviar mensajes a sus íntimos amigos o enemigos. O simplemente, mostrarse.
La gracia del programa fue convertir a los anónimos en personajes mediáticos, en una época en donde todavía la tele local no se había metido de lleno en los famosos reality-shows. Los protagonistas dejaron de ser las celebrities, y ese lugar lo ocupó "la gente comun". En aquel entonces, (sin redes sociales) los televidentes llamaban diariamente a dos líneas telefónicas para que una cámara registrara sus mensajes, que eran emitidos en las medianoches y presentados por la voz en off del locutor Pío Ragal. Mariano Cohn, uno de los creadores del formato, nos cuenta algunos detalles de la nueva temporada.
-¿En qué se diferenciará este ciclo de Televisión Abierta de las versiones anteriores?
-La consigna sigue siendo la misma: llamás al programa y pedís una cámara para hacer lo que quieras. Mantenemos el delivery de cámaras a domicilio, que suena un tanto ridículo, ya que hoy en día, cualquiera puede subir su video a Internet. Pero creo que ahí es donde reside el plus diferenciador del programa, lo que hace que todavía siga siendo novedoso tanto tiempo después, y con tanto reality dando vuelta. Una de las diferencias con la versión anterior, es que, sin buscarlo, el programa tiene muchos pedidos de cámara para bailar. Hay toda una cultura alrededor del baile en las redes sociales, que por lo visto todavía no encontró un espacio en la televisión y que puede generar mucha repercusión. Junto con el programa regresa Pío Ragal, el mismo locutor que era un clásico del programa original, con ese acento centroamericano y voz impostada, mezcla de voz de Jaime Bayly, con cartoon y una pizca de locutor de Llame ya.
-Uno de los personajes clave fue en su momento Fita Craichik (una jubilada que opinaba polémicamente de la actualidad). ¿Hay nuevos personajes de ese estilo?
-Ya contamos con varios hits entre las personas que participan del primer programa: Liana, una abuela de Villa Crespo fanática de los knishes de papa y de Donna Summer; Santino de Lomas de Zamora, que tiene 4 años y es increíble como baila cuarteto; y Fernando, un cowboy de Saavedra que no tiene techo mediático. Sigue siendo fascinante lo que sucede cuando un equipo de televisión se traslada a las casas y el estudio de TV es tu propio living. El programa no tiene conductor ni famosos, y ahí es cuando te enterás que tu vecino, puertas adentro, tiene cosas increíbles para hacer, y que todo eso es mucho más interesante que lo que tiene para decir cualquier conductor conocido de la televisión.