La masacre de Villa Crespo conmocionó al barrio porteño y a todo el país. Tras el hallazgo de los cuatro cuerpos de la familia Seltzer en un departamento ubicado en Camargo al 700, se conocieron los resultados de la autopsia, que aportan detalles escalofriantes sobre cómo ocurrieron los crímenes.
Quiénes eran las víctimas de la masacre de Villa Crespo
Las víctimas fueron identificadas como Bernardo Adrián Seltzer (52), su pareja Laura Leguizamón (47) y los dos hijos adolescentes de la mujer. Según fuentes judiciales, fue Leguizamón quien habría perpetrado el crimen, en un aparente brote psicótico. Estaba bajo tratamiento psiquiátrico desde hacía varios meses.
Qué dice el informe forense
De acuerdo al informe de la autopsia, Leguizamón atacó primero a su pareja mientras dormía. Luego fue al cuarto de los adolescentes, que dormían en una cama cucheta. Uno de ellos logró escapar, pero fue alcanzado y asesinado en el comedor. El otro fue interceptado en el pasillo.

Ambos adolescentes presentaban entre 10 y 12 heridas punzantes, muchas de ellas en la espalda y en los brazos, lo que indica que intentaron defenderse. Seltzer, en tanto, tenía tres puñaladas.
El suicidio de la agresora y el hallazgo de la escena
Laura Leguizamón fue hallada sin vida en el baño. Tenía una profunda herida en el pecho, cortes en las muñecas y marcas defensivas en el cuerpo, incluyendo una uña incrustada en el cuello y cabellos en las manos, posiblemente de uno de sus hijos.
En la escena, la policía encontró psicofármacos, entre ellos una caja vacía de sertralina y blísters de olanzapina, medicamentos usados para tratar depresión y esquizofrenia. También se halló una carta escrita con letra desordenada y manchada de sangre, donde se leían frases como: “Todo mal fue mucho. Los amo. Mal, perverso”.
La causa sigue abierta
La investigación está en manos de la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional N°5, a cargo del fiscal César Troncoso, y continúa en curso. Mientras tanto, vecinos y familiares siguen en estado de shock, intentando comprender lo que sucedió dentro del departamento que, hasta entonces, parecía uno más del barrio.